Hace 20 años se producía la llegada a Primera División de Huracán de Tres Arroyos; un club pequeño con un ascenso meteórico y que debió invertir mucho dinero para poder disputar el Apertura 2004 -con buenos resultados- y el Clausura 2005 -con partidos olvidables-.
En la plantilla de su paso por B Nacional estaban los
hermano madariaguenses Iván y Marcos Dragojevich. Ambos se destacaban no sólo
por la complejidad del apellido sino también por sus presencias en la cancha. Era
un plantel muy armado y con una comisión que se había dedicado a buscar
jugadores de todo el interior para llevarlos a cumplir el sueño de llegar
lejos.
Iván Dragojevich había llegado a Huracán en 1998 para
reforzar al equipo campeón de la Liga local que afrontaría el Torneo Argentino
B, y se fue en 2006 tras atravesar todas las categorías del fútbol argentino.
"El equipo había salido campeón del torneo local y ahí llegamos a jugar el
Argentino B. Estuve ocho años. Después de Primera me quedé un año más y luego me
fui a Córdoba”, recordó el volante.
Mientras que sobre lo que representa el Globo en su vida,
remarcó: "Fue una etapa muy linda futbolísticamente hablando, más allá que
viví muchos años allá, en la ciudad todos me trataron muy bien y fue una etapa
muy linda a nivel deportivo".
La campaña para llegar a la Promoción
En su tercera temporada en la Nacional B, con una promoción
perdida en 2001 contra Lanús, Huracán de Tres Arroyos finalizó en el cuarto
puesto del Apertura y tercero en el Clausura. A su vez, fue el primero de la
tabla general, lo que le permitió jugar por el segundo ascenso a Primera.
“Reforzamos algunos puestos y mantuvimos la base, por lo que
ya veíamos que estábamos con alguna posibilidad de llegar a Primera División,
que en ese momento era difícil, pero teníamos buena calidad de jugadores y
gente que nos apoyaba. De a poco fuimos ganando y tuvimos la posibilidad de
ascender directo con Almagro primero, y después de perder, jugar la promoción
con un equipo de Primera. Salimos a jugar partido a partido con el compromiso
de tratar de jugar bien al fútbol, que no especulemos y seamos ofensivos,
buscando siempre el triunfo, sin desmerecer a nadie, teníamos ocasiones de pelear
de igual a igual con todos los históricos de la categoría. Sentimos que íbamos
por el camino correcto”, contó Anzarda, DT de aquella campaña, al respecto
sobre el armado del plantel y la campaña.
“Yo volví para esa temporada, cuando el equipo todavía no
llegaba a su techo. El plantel estaba bien, ahí todavía estaba Rodrigo Palacio
que nos había dado un plus, ya se notaba que era distinto. En esta campaña del
ascenso solo estuvo seis meses, después se fue a Banfield. Era un plantel
bueno, la verdad era un gran plantel, con grandes seres humanos, muy arraigados
a la ciudad, se compartía mucho y había mucho compañerismo, que fortaleció al
grupo. No solo disfrutamos de jugar, sino también de compartir momentos, asados
y divertirnos en la cancha. Nos iba tan bien que disfrutamos mucho”, opinó
Izquierdo sobre el equipo.
Por su parte, el Vicepresidente Pérez comentó: “Nos parecía
algo imposible, se fue dando muy paulatino, por eso también es que llegamos
bastante bien organizados desde varios puntos a Primera y mentiría si digo que
armamos el plantel porque íbamos a intentar llegar a Primera, se fue dando”.
La final por el ascenso con Almagro
Gracias a la buena campaña a lo largo de la temporada,
Huracán de Tres Arroyos logró el boleto para jugar contra Almagro por el
segundo ascenso a Primera. Tras perder 2 a 0 la ida, el Globo ganó 2 a 0 de
local, pero perdió la definición por penales por 4 a 3, por lo que no logró
coronarse. “Realmente fue un golpe muy duro, porque en realidad íbamos
convencidos de que podíamos ganar y subir directo”, recordó Anzarda.
Y siguió destacando la fortaleza del plantel para salir
adelante tras esta derrota: “Esa semana los agarré a todos, fue cuando nos
sacaron de acá porque la AFA nos sacó la localía y tuvimos que ir a Mar del
Plata a jugar el partido, y nosotros teníamos la fortaleza acá en Tres Arroyos.
Realmente fue un partido en el que lo enfoqué con que nosotros teníamos todas
las de ganar porque veníamos de pelear por un ascenso y estar entre los 4
primeros durante todo el campeonato, mientras que Rafaela venía de estar todo
el campeonato de primera en los últimos puestos, por lo que tuvo que jugar la
Promoción, quería decir que teníamos que ir con confianza y hacer nuestro
fútbol.
“Fue un golpe duro porque con Almagro no tuvimos un buen
primer tiempo de visitante, donde sacan la diferencia. Para mí fue un golpe
duro, difícil, porque el equipo había jugado martes y ese sábado y tenía que
volver a jugar a los pocos días la promoción con Rafaela. Realmente terminamos
muy cansados, desanimados porque se escapó el ascenso directo y ya era un
partido con un equipo de primera. Nos preguntamos cómo nos podíamos recuperar
rápido para jugar una nueva final. Siempre digo que me quedo con las palabras
de Anzarda al otro día, que nos dijo que íbamos a estar a la altura, el equipo
estaba muy dolido, pero con el pasar de los días nos fortalecimos de vuelta y
pudimos competir como lo hicimos, de igual a igual con Rafaela que había ganado
sus últimos dos partidos para llegar a la Promoción”, afirmó Izquierdo al
respecto.
El triunfo 2 a 1 en la ida contra Atlético Rafaela
Después de perder con Almagro, el Globo tuvo una nueva
oportunidad para ascender: jugar la Promoción contra Atlético Rafaela. Para
esta llave, el equipo tresarroyense recibió una mala noticia, ya que le
notificaron que no iba a poder jugar en condición de local en su estadio, el
Roberto Lorenzo Bottino.
“Lo tomamos muy mal porque vi que a la AFA no le interesaba
que Huracán de Tres Arroyos estuviese en Primera. En realidad nosotros llegamos
por convicción, por el buen fútbol que practicamos y por la institución que nos
apoyó, al igual que la ciudad. Fuimos nerviosos, yo traté de poner
tranquilidad, dije que era un partido de fútbol y que nosotros en el Nacional B
jugamos en campos donde estábamos solos y siempre jugamos bien porque nos
dedicamos a jugar el partido, más allá de la cancha rival. Hablamos toda la
semana sobre esto, nos tranquilizamos, pero veíamos que había una mano negra
que nos sacaba de la ciudad cuando Rafaela prácticamente no tenía la cantidad
de gente para traer a Tres Arroyos y decir que el estadio era chico. Fue un
golpe duro, nos querían demostrar eso, pero esto nos hizo fuerte, les dije que
teníamos que demostrar que éramos un buen equipo. Ganamos muchos partidos de
visitante y con esa mentalidad fuimos a Mar del Plata, a jugar igual a pesar de
ser visitante”, dijo el entrenador Anzarda al respecto.
Mientras que el dirigente aportó: “No lo tomamos tan a la
tremenda porque consideramos que era muy posible que pase. No lo tomamos muy de
sorpresa porque ya lo teníamos metido en la cabeza que iba a ocurrir eso. Creo
que no nos afectó porque ya medio que lo teníamos internalizado que iba a
suceder”.
Finalmente, el partido se disputó en el José María Minella
de Mar del Plata, y el mismo finalizó 2 a 1 a favor de Huracán de Tres Arroyos,
con goles de Claudio García y Ezequiel Miralles, mientras que Fabián Césaro
empató transitoriamente para la Crema. “En la semana previa al partido de ida
ya estábamos convencidos de que íbamos a Mar del Plata a ganar, dominamos casi
todo el partido, nos pusimos en ventaja, nos empatan en una jugada aislada y
nosotros pudimos marcar el segundo gol”, sostuvo Anzarda.
La revancha contra Rafaela
Con el resultado a su favor, Huracán viajó a Rafaela para
jugar contra la Crema sabiendo que con un empate se aseguraba el ascenso a
Primera División, mientras que si era derrotado, iba a jugar una temporada más
en el Nacional B.
“El mensaje mío fue que íbamos a tener un partido
complicado, en el que no había que meterse con el árbitro para nada, no había
que discutir nada. Ya al minuto 5 le hicieron un penal grande como una casa a
García que no lo cobran. Antes del partido y en la semana les dije que teníamos
que enfocarnos en los 90 minutos, que entramos con 11 y nos vamos con 11. No
había que protestar al árbitro que podía tener intereses con el otro equipo y
nos podía complicar con una tarjeta roja. Después les dije que hagan su
partido, y así fue como se presentó. Hubo cosas raras ahí que ya las imaginaba,
con todo lo que nos habían hecho, ya que en el primer año contra Lanús también
nos sacaron la localía y nos hicieron jugar por el ascenso en cancha de
Platense, ya hubo una mano negra”, contó Anzarda sobre la previa del encuentro.
Pasados los primeros 45 minutos del partido, con un
arbitraje polémico de Gabriel Favale, quien omitió un penal a Claudio García,
Atlético Rafaela se fue ganando al entretiempo por 2 a 1, con goles de Gandín y
Villa, mientras que Galván había abierto la cuenta.
“Nos bombearon por todos lados, ganábamos 1 a 0, no nos
dieron un penal, nos dieron vuelta porque hubo una jugada con una falta grande
donde nos marca un gol Rafaela, en un partido muy intenso. En el entretiempo,
como yo había hablado mucho del tema de los árbitros, no protestamos, pero
vinieron todos muy nerviosos al vestuario, viendo que nos estaban robando la
posibilidad de ascender. Los junté a todos y reaccioné pensando que estábamos a
un gol de ascender, por lo que no había que perder la energía en discutir con
el árbitro, que había que salir al segundo tiempo con fe porque con un gol
ascendíamos. Tampoco le teníamos que dar de comer a los árbitros”, reveló el
DTsobre la charla en el entretiempo.
Por su parte, Izquierdo comentó: “Anzarda siempre nos dio la
tranquilidad porque se podía dar vuelta. Recuerdo que justo se me acercó
Gustavo Guevara que me dijo ‘Jorge vos siempre apareces en las finales’.
Tampoco pensábamos mucho, no teníamos grandes presiones, teníamos esa
tranquilidad, no hablamos mucho, tratamos de creer en nosotros y el DT nos daba
constantemente tranquilidad. Jugando bien o jugando mal no perdía la compostura
y te arengaba en mejorar y confiar en uno”.
“Fueron unos minutos en ese entretiempo en los que algunos
dirigentes del club hablaron con el referí haciéndole ver estas situaciones.
Por supuesto uno cuando está en una situación así le parece que están en contra
de uno, pero los árbitros se equivocan para los dos lados. Hubo conversaciones
para hacerle ver que los dos equipos eran iguales y que el partido se defina
deportivamente, no por el árbitro. A lo largo de los 90 minutos su actuación no
fue alevosa”, explicó Pérez sobre el accionar de los dirigentes en estos 15
minutos.
En el complemento, el 10 y figura de Huracán, cumplió con el
pedido de Guevara y apareció en el segundo tiempo marcando dos verdaderos
golazos de tiro libre para dar vuelta el partido y obtener el tan ansiado
ascenso. “El primer gol fue un poco fortuito, en el sentido de que no quiero
pegarle al arco, quiero tirar un centro porque teníamos buenos cabeceadores”,
confesó el Chopi.
“Ya en el tercer gol me hacen la falta a mí, Claudio García
me lo pidió pero le dije que me lo deje a mí porque lo iba a meter. Realmente
no sabía si lo iba a meter, pero entró. A veces hay que estar un poco iluminado
y hay que tener esa cuota de suerte que se puede tener en lo personal. La
tuvimos porque muchas veces esas jugadas pegan en el palo y salen. Ese día
entraron y a partir de ahí Rafaela sintió el golpe y nosotros tuvimos la
tranquilidad de mantener la diferencia para festejar”, siguió Izquierdo con su
análisis.
“Ahí fue que apareció Izquierdo y sacó esa fe y esa calidad
que nos hizo ganar el solo el segundo tiempo con dos golazos que hoy serían los
goles del año, dos tiros libres impresionantes que nos dieron la alegría de que
se dio lo comentado, de jugar y no darle la importancia a nadie. Fue una
alegría inolvidable”, soltó Anzarda.
Los festejos y el interminable viaje a Tres Arroyos
“Estuvimos en el vestuario festejando con los familiares que
nos fueron a saludar, se festejó mucho ahí. Viajamos y cenamos en Rosario,
íbamos descansando, charlando entre nosotros. Necesitaba bajar un cambio por la
euforia porque había sido una semana dura desde la tensión, porque más allá que
sabíamos que era difícil lo que logramos, siempre del otro lado si no ganas te
van a criticar, eso lo llevábamos adentro y lo queríamos plasmar con un
triunfo”, comentó Izquierdo sobre los festejos tras el ascenso.
“Fue realmente un desahogo, lloramos, era una alegría
increible vernos en Primera, era el sueño de todos los chicos. Habían muchos
chicos que estaban en el plantel desde el inicio y que nunca habían jugado en
Primera. Lograron subir a un equipo humilde y trabajador a primera. En el campo
todos cantamos, festejamos, la gente que fue a Rafaela nunca se va a olvidar
ese momento”, contó Anzarda sobre sus sensaciones.
Y Pérez, presente en la popular, comentó: “Los minutos
posteriores a la finalización del partido fueron interminables, yo estaba en la
popular detrás del arco. Tener a los jugadores todos colgados en el alambrado y
estar muchísima gente de Tres Arroyos ahí festejando algo histórico fue
tremendo, la gran mayoría llorando de alegría. Siempre cuento que fue la
primera vez que lloré de emoción, y así mucha gente que inclusive no era hincha
del club lo vivieron igual porque vieron el esfuerzo del club”.
Pocas horas después de lograr el ascenso, el plantel de
Huracán regresó a Tres Arroyos en un interminable viaje para festejar junto a
toda la ciudad que los esperaba en la Municipalidad. “El viaje a Tres Arroyos
fue impactante, no sé la cantidad de kilómetros que había gente con tractores,
haciendo caravana, la ruta estaba completa. La llegada a la municipalidad fue
inolvidable, fue una situación que realmente lo merecíamos por los años que
habíamos tenido deportivamente. Lo merecía la institución, sus directivos, la
gente que trabajó siempre con buenas armas y lealtad, dando lo mejor”, esbozó
Anzarda.
“Ya cuando llegamos a Juárez empezamos a ver gente y llegando
a Tres Arroyos empezamos a tomar dimensión. Si bien nos decía nuestra familia
cómo estaba la ciudad, con tanta gente esperándonos no lo imaginábamos cuando
salimos de Rafaela”, siguió Izquierdo.
“El viaje de vuelta, desde Juárez, a 100 km de la ciudad, la
gente se empezó a acercar a la ruta, este último trayecto fue interminable, nos
demoró mucho tiempo y cada vez que nos acercábamos se hacía más importante el
apoyo de la gente. Se formó una caravana de autos impresionante y cuando
logramos llegar a la Avenida Belgrano, no puedo decir con exactitud, pero
habían 3 filas de personas por la vereda, teniendo en cuenta que era un día
laborable, la gente fue igual a esperar al equipo. Llegamos a la Municipalidad,
ingresamos a los balcones y vimos que la plaza era rojo y blanco. No puedo
hablar de cantidad de gente, pero estaba medio Tres Arroyos en el corazón”,
contó Pérez.
Dentro de estos festejos, estuvo presente Rodrigo Palacio,
quien jugó los primeros seis meses de la temporada, y ya que tal como afirmó
Mariano Pérez, “Se sentía parte de este triunfo porque de hecho jugó el primer
semestre, y fue uno de los que estaba festejando junto al grupo, porque esa
unión que se había logrado se mantuvo y al día de hoy hay mucha relación entre
los jugadores. Anzarda es uno de los artífices de esa situación, Roberto
Bottino por supuesto que también. Era un grupo de personas que logró que
Huracán no solo triunfe deportivamente, sino que sea un ejemplo en cuanto a
comportamiento y organización”.
El rápido descenso al Nacional B y la desafiliación de AFA
En su única temporada en Primera División, Huracán tuvo un
flojo rendimiento, por lo que rápidamente se consumó su descenso al Nacional B.
Tal como lo explica su actual presidente, uno de los principales motivos fue la
decisión de utilizar el dinero para construir su estadio y no incorporar
jugadores.
“Fue un tema muy difícil, primero porque desde varios puntos
de vista había una oposición a realizar la reforma del estadio en el lugar
donde actualmente está. Tuvimos varias reuniones con el Intendente de la
ciudad, con el Jefe de la Policía y con el presidente de Aprevide. Estaban
todos en contra de realizar las modificaciones en nuestra sede por una cuestión
de peligro y de lo que podía sufrir el barrio con la consecuencias de las
visitas de barras bravas. Nos costó mucho poder torcer esas posturas, tuvimos
que realizar varios viajes a Capital Federal y La Plata. Paralelamente
estábamos pensando en qué hacer deportivamente hablando. Fue muy discutido,
nadie tenía la bola de cristal como para decir vamos a hacer esto o lo otro. Se
decidió por algo intermedio, se formó un equipo no del todo competitivo, y por
el otro decidimos hacer el estadio. Obviamente pasado el tiempo uno puede tener
otra opinión. También influyó mucho en la comisión el apoyo que recibió de la
gente, como para que Huracán tenga su estadio acá y que Tres Arroyos pueda
recibir a los equipos importantes. Otro motivo fue también tener la esperanza
de poder seguir en los primeros planos del fútbol del país y eso no iba a poder
ser posible si teníamos que viajar todos los fines de semana”, comenzó en su
explicación.
Y agregó: “Hubo mucha inexperiencia de nuestra parte,
estábamos absolutamente para cualquier trámite y reunión a 500 km de donde se
hacen. Hace 20 años los medios de comunicación no eran los mismos que hoy, para
hablar con quien programaba los partidos y decidía qué partidos se televisaban
teníamos que ir a Buenos Aires, y nosotros teníamos que dejar nuestro trabajo y
perder todo el día para charlar media hora en Buenos Aires. Eso nos desgastó
mucho, también tuvimos inexperiencia y falta lógica de peso en la AFA. Eso hizo
que cometamos errores. Quizá también la elección de algunos jugadores, de algún
técnico. Todos los errores fueron involuntarios, siempre en la búsqueda de lo
mejor para el club, tratando de llegar a poder mantenernos en las categorías.
Si ves los resultados deportivos una vez que se desciende, más allá de que fue
rápido, siempre se estuvo luchando, no es que salimos últimos siempre.
Lamentablemente la situación económica se ponía cada vez peor, el club se
endeudó mucho y tuvimos que tomar la decisión, que me tocó hacerlo a mí, de no
poder continuar jugando, porque si hubiéramos seguido hoy por hoy no sé si
tendríamos al club”.




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