El siniestro que provocó el aterrizaje de emergencia en Balcarce en la tarde de ayer tiene entre sus protagonistas a Bautista Etcheverry, un bombero y joven piloto que ayer estaba en el Aeroclub de Vidal y fue invitado a volar hasta Balcarce junto con dos colegas que buscaban sumar horas de vuelo.
La aeronave, un Cessna 172, en pleno vuelo empezó a tener humo dentro de la cabina y en segundos eso se tradujo en fuego.
CNM dialogó con Bautista quien estaba en el asiento trasero y detectó la presencia del humo detrás de su asiento. El piloto Roberto Leopardo y su acompañante Gastón Luna empezaron a buscar un lugar para bajar.
Los tres son bomberos y sabían que contaban con segundos ya que todo se iba a transformar en llamas. Estaban a 600 metros de altura y en una zona que no conocían.
Puertas abiertas para respirar
Se presume que una batería entró en cortocircuito debajo de un asiento trasero y de ahí comenzó la anomalía. Bautista aseguró que habrán demorado unos 2 minutos en tocar tierra.
El humo no los dejaba respirar y tuvieron que abrir las puertas de la avioneta estando en el aire. Las llamas empezaron a verse en el asiento de atrás y tomaron el tapizado del techo en instantes en donde golpeaban contra el suelo.
Un campo, pasando la Ruta 226, dio la oportunidad porque una cuadrícula había sido cosechada recientemente. Al bajar se sacaron los cinturones y no tuvieron oportunidad de llegar al matafuegos. Toda la cabina ya se estaba quemando y el tren de aterrizaje desaparecía a causa del calor.
El llamar a los bomberos también fue otro problema por sólo podían brindar como referencia un galpón de la firma McCain que veían. Luego enviaron a un WhatsApp del cuartel balcarceño una coordenada y pudieron ser encontrados.
Todos salvaron su vida de milagro y regresaron a sus casas sin lesiones en un hecho que ahora investiga la ANAC.




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