La Justicia de San Luis investiga el femicidio de Anahí Robledo Yuvero, una adolescente de 17 años a la que encontraron asesinada a puñaladas el jueves pasado en su casa del barrio Jardín del Sur de Villa Mercedes. El caso ya tiene un sospechoso detenido y una hipótesis aberrante: creen que la mató un exnovio de la madre para vengarse de la mujer.
Se trata de Amado Reimundo Díaz, de 58 años, quien fue imputado por “Homicidio doblemente calificado por venganza transversal y por ensañamiento” (femicidio vinculado) y, en las últimas horas, se ordenó su prisión preventiva por cuatro meses.
Díaz y la mamá de Anahí mantuvieron hace años una relación que se extendió durante algunos meses. De acuerdo a la acusación, el acusado buscó hacer sufrir a su expareja y, por eso, atacó a quien ella más amaba: su hija. Los investigadores creen que apuñaló a la víctima mientras dormía y que entró a la casa con una copia de llave.
La autopsia determinó que Anahí murió por un shock hipovolémico provocado por una doble herida de arma blanca que le perforó el pulmón. En total recibió 25 heridas “con un elemento punzo cortante”, pero solo dos puñaladas le causaron la muerte.
Las pruebas que comprometen al imputado
De todas las pruebas por las que fue detenido e imputado por el femicidio de Anahí, el rastro de sangre en una de sus camperas es el elemento que más compromete a Amado Reimundo Díaz.
Con el avance de la investigación, las pericias confirmaron que las manchas hemáticas que se hallaron en la prenda secuestrada corresponden al mismo grupo sanguíneo que tenía la víctima.
Por otro lado, todas las heridas que presentaba Anahí estaban en el sector derecho de su cuerpo, y con esto la Fiscalía comprobó que el agresor “es hábil con su mano izquierda”. Se trata de otra característica que compromete al imputado, ya que Díaz es zurdo.
Además, los videos de distintas cámaras de seguridad ubican al presunto femicida en la escena del crimen y varios testigos se refirieron a “la sistemática ejecución de actos de control y de celos” que Díaz ejercía sobre a madre de la víctima.
En tanto, Bautista Rivadera, el abogado de Díaz, afirmó: “Esta defensa entiende que la solidez de la imputación es escasa”. El propio imputado pidió declarar, y aseguró: “Lo que quiero que quede en claro es mi inocencia por mi hija”.
GENERAL JUAN MADARIAGA El Tiempo
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