Esta tarde se conoció la absolución de los 6 policías de la comisaría de Madariaga que estaban acusados del asesinato de Damián Sepúlveda en uno de los calabozos en donde estará retenido por una falta contravencional menor.
Fue el Tribunal Criminal 2 de Dolores, a cargo del juez
Antonio Severino, el que tomó la decisión que permitió deslindar, en principio,
de responsabilidades a los agentes los agentes Mauricio Daniel Díaz, Gastón
Formentini, Gabriel Montenegro y Walter Javier Soto. Sólo el comisario Néstor
Serafini recibió una condena menor por omisión en la debida atención del joven
que terminó perdiendo su vida en enero de 2013.
Todos habían llegado acusados de torturas en concurso real y
homicidio agravado en concurso real. La definición causó un inmenso dolor en la
familia y también en la Comisión Por la Memoria que había seguido de cerca el
caso y que ya analiza el escrito para apelarlo.
El golpe de Brouardel definitorio en la sentencia
Los peritos en el juicio coinciden con las conclusiones que
habían remarcado en las instancias primarias de investigación: Sepúlveda fue
golpeado y tenía marcas que así lo certifican. Lo que siempre llamó la atención
es la posición en la que quedó el cuerpo cuando lo encontraron ahorcado. Se
coincidió, en dos informes, que si Damián estaba despierto las rodillas
hubieran actuado de manera instintiva en llevarlo a pararse. Aquí aparece la
teoría del golpe de Brouardel que fue avalada por peritos y la Gendarmería.
El “golpe anestésico” o corte de circulación de aire es lo único
que hubiera dejado atolondrado a Sepúlveda y hubiera dado la capacidad de
atarlo con una remera a los barrotes de la celda a una altura cercana al metro.
Hubo dos re-autopsias que marcan eso pero el Juez Severino entendió, en su
fallo de absolución, que todo eso perdía fuerza porque un informe de la
Asesoría Pericial de La Plata – que recibió el cuerpo muchos meses después y en
muy mal estado- no había podido certificarlo. De hecho el cuerpo estaba en
estado de avanzada putrefacción y debieron mirar fotos de las primeras
autopsias para elaborar un informe con más dudas que certezas. Ante las dudas
el beneficiado siempre es el acusado.
En cuanto a los golpes están todos acreditados, se materializaron
media hora antes de la muerte pero el juez no pudo colocar en ningún momento a
los policías en el patio de la comisaría -como siempre se dijo- en la acción de
ataque. Ahí los más complicados eran Díaz y Montenegro.
Soto pudo acreditar, gracias a los libros de guardia, que
estaba descansando en el momento del supuesto ataque a golpes. Formentini, por
su parte, sólo se limitó a entregar la llave de los calabozos a Díaz y
Montenegro y después tuvo una salida para participar en una tarea de seguridad
para la recarga de un cajero que demandó 45 minutos.
Para el juez el fiscal tuvo problemas en la formulación de
las acusaciones y, en medio del juicio intentó colocar nuevas figuras en el
momento de los alegatos para conseguir condenas alternativas por otros delitos.
Además, Severino indicó que se omitieron una batería de elementos probatorios
que deberían haberse desarrollado desde el primer minuto y que no se practicaron.
También favoreció a los policías que ninguno tuviera rastros de ADN de la
víctima y que sus ropas o botas no presentaran manchas ni marcas.
GENERAL JUAN MADARIAGA El Tiempo
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