En lo que es considerado un evento histórico en la meteorología y astronomía de Sudamérica se pudieron visualizar auroras en estas latitudes.
Una impresionante tormenta solar, única en 20 años permitió que esté fenómeno majestuoso pudiera verse desde la Antártida hasta Santiago del Estero.
Por suerte no fue acompañado con daños magnéticos a los sistemas electrónicos planetarios.
Pinamar y el corredor atlántico, testigos privilegiados del fenómeno.




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