Sergio Damián Obregón y Daniel Olivera eran dos peones que
visitaban –uno porque allí trabajaba y el otro, por cuestiones de amistad– una
“chanchería” típica (como se conoce a una tienda donde se vende carne de cerdo
y embutidos), ubicada detrás de los silos de almacenaje de granos de la
Cooperativa San Justo, a pocos metros del ejido urbano, a 100 kilómetros al
norte de la capital santafesina.
Por cuestiones que nunca se sabrán cabalmente, se especula
que por posiciones diferentes por temas del momento –aunque bien podrían ser
familiares– los hombres comenzaron una discusión. Con el correr de los minutos
se rompió el diálogo, hubo silencio y ese silencio se rompió cuando Obregón
extrajo un cuchillo de entre sus ropas y atacó al que ahora ya no era más su
amigo, sino su adversario.
Según el testimonio de otro parroquiano presente en el
lugar, la discusión dio paso a la agresión. Cuando todos creían que la cuestión
se resolvería con la palabra, Obregón, de 35 años, tomó un cuchillo, se acercó
y apuñaló a Olivera, quien cayó al piso perdiendo mucha sangre. Con las pocas
fuerzas que le quedaban, mientras la vida se le escapaba, Olivera alcanzó a tomar
una carabina de aire comprimido modificada para disparar proyectiles calibre 22
y devolvió la agresión. Ojo por ojo.
Luego, “incluso tambaleándose” en su andar, cruzó la calle y
se internó en un pajonal. Apenas si logró superar unos cardos cuando cayó, herido
de muerte.
Cuando la policía llegó, encontró un cuadro dramático. Nada
podían hacer: quienes hasta hacía minutos habían sido grandes amigos, según
varios de los presentes, yacían sin vida.
Tras unos minutos arribaron al lugar el fiscal del Ministerio
Público de la Acusación (MPA), Guillermo Persello, jefe y subjefe de Unidad
Regional XVI, Personal de División Científico Forense Región I San Justo y el
médico en turno, quien procedió a examinar los cuerpos y constató las heridas
mortales.
Si bien se aguarda el resultado de la autopsia, el médico
policial verificó que Olivera murió por agresión de arma blanca en la zona
abdominal y torácica, y que cuando caía, alcanzó a tomar un rifle de aire
comprimido modificado en su sistema de disparo para que funcione con balas
calibre 22, y le disparó a Obregón, de 35, que también fue alcanzado en una
zona vital.
Finalmente, por orden del fiscal de la causa, los cuerpos
fueron enviados a la morgue judicial, a los fines de practicar las autopsias
correspondientes.




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