Todo comenzó en el mes de octubre cuando una cuenta de la
tarjeta UALA se bloqueó y casi, de manera automática, la víctima recibió un
llamado telefónico de alguien que aseguraba ser de esa firma y que le informaba
que podía ayudarla a arreglar la situación.
Le pidieron fotos del documento de identidad y también de su
rostro sosteniendo el documento para luego avanzar y robarle la cuenta de la
tarjeta Naranja y hacerle giros por unos 19.000 pesos hacia otra cuenta
bancaria.
Pasado casi un mes, una pariente le informó a la víctima que
en redes sociales estaba siendo escrachada por el alquiler ficticio de cabañas
en la localidad rionegrina de El Bolsón. La mujer logró contactar con la
estafada con esta operatoria y la misma le relató que había obtenidos los datos
porque al hacer el alquiler online y girar dinero le habían mostrado, como
garantía, el documento de la supuesta dueña.




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