“Desde hace tiempo que alientan a la gente para
demonizarnos. Descreo que este Gobierno haga algo a favor del campo pero uno no
se puede quedar de brazos cruzados”. Las fuertes palabras pertenecen a Javier
Ayala, productor agropecuario y dirigente de la Asociación de Productores
Agrícolas y Ganaderos del Norte (Apronor), que días atrás sufrió una rotura
intencional a cinco silobolsas repletos de maíz que estaban en su
establecimiento, ubicado en Simbol Pozo, en el departamento santiagueño de
Pellegrini, en el límite con la provincia de Tucumán. Con este nuevo ataque hasta
el momento en el país ya fueron vandalizados 271 bolsones.
Todo ocurrió el martes pasado cuando a eso de las dos de la
tarde su padre, de 78 años, en una de sus recorridas diarias descubrió el
ataque. “Tenemos dos campos, uno de 280 hectáreas ubicado en Pampa Pozo,
provincia de Tucumán, donde vive mi padre, y el otro de 240 hectáreas que está
en Simbol Pozo, ya provincia de Santiago del Estero. Esa tarde, mi padre, como
lo hace habitualmente, se puso a recorrer los lotes y se encontró con el hecho
consumado. Ahí nomás llamó al encargado para tratar de taparlos lo antes
posible porque estaba pronosticado lluvia para ese día”, contó.
Según relató, los individuos tuvieron que romper el alambre
porque la tranquera que está sobre la exruta nacional 34 permanece siempre con
candado. Detalló que a pesar de los 700 metros de distancia que los separaban,
desde la ruta se podía observar la presencia de los bolsones.
“Al parecer por las huellas que dejaron, ingresaron con una
moto y tras siniestrar los bolsones, se fueron. Por ahora ningún vecino dijo
haber visto nada sospechoso. Es la primera que nos pasa. Alguna vez se nos ha
roto un bolsón que por las altas temperaturas explotó. Pero este ensañamiento
nunca lo vimos”, dijo.
Describió que en total fueron cinco bolsones de maíz
siniestrados que tenían 75 metros de largo y contenían unas 220 toneladas cada
uno, un total de 1100 toneladas, con un valor aproximado de $27 millones. Los
Ayala hacen agricultura únicamente, siembran soja, poroto, maíz y cuando las
condiciones de humedad lo permiten hacen trigo.
“Hubiésemos perdido gran parte si mi padre ese día no
hubiera recorrido el campo. Esa tarde, durante varias horas estuvimos
trabajando y pudimos tapar cuatro de los cinco atacados con unos plásticos que
teníamos. Gracias a Dios lo hicimos porque efectivamente ese día llovió”,
indicó.
Añadió que el bolsón que no alcanzaron a cubrir se mojó y
que verán, cuando el tiempo mejore y que el sol seque, para saber cuál es la
pérdida real al final.
“Daños vamos a tener porque ese grano los acopios no te lo
reciben. Pero no lo vamos a perder del todo, sino que lo vamos a poner en una
tolva y a mover para secarlo para luego dárselos a los cerdos, pollos y conejos
que tenemos para nuestro consumo familiar. Mañana, si hay piso, comenzaremos a
cargar a los acopios con quienes ya me contacté para enviárselos”, aseguró.
Para Ayala, la gente que hace esto no conoce cómo se trabaja
en el sector. “Creen que uno guarda sus granos en los silos para especular y
perjudicar al país. Nada más lejano. Este año en particular, nosotros teníamos
más bolsones que otros años porque, por problemas de abastecimiento de gasoil,
había enormes inconvenientes con la logística y no había camiones que vengan a
retirar la producción. Cuando en enero ya había rumores de falta de gasoil,
nosotros nos anticipamos y nos abastecimos para toda la cosecha y así no
tuvimos que parar nunca la trilla, en cambio el transporte lo sufrió”, remarcó.
El productor no duda de que se trata de algo político:
“Nunca tuvimos un problema con nadie. Esto se trata de una bajada de línea por
parte de las autoridades que dicen que en esos granos que guardamos están las
divisas que el país no tiene. Estos mensajes son los que impulsan a la gente a
cometer actos vandálicos”.
Por último, señaló que tras hablarlo en familia, prefirió no
hacer la denuncia correspondiente. “No hice denuncia porque no va a pasar nada,
solo es pérdida de tiempo, donde la policía viene al campo a hacer un circo y
no sucede nada de nada. Me aboqué a solucionar las cosas, prioricé mi tiempo en
resolver los problemas que nos generaron la destrucción de los bolsones para
poder salvar la mayor parte de la producción”, cerró.
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