En Campana dicen "asesinos". El plural acompaña
las noticias del femicidio de María Alejandra Abbondanza (38) mientras la
investigación busca determinar qué pasó con la mujer, a quien mataron este
viernes a metros de su casa.
Es que, además de Agustín Leonel Chiminelli (24), detuvieron
a sus padres, Carlos Rubén Chiminelli (69) y Liliana Esther Sánchez (64),
acusados de ser sus cómplices.
Para los investigadores, Chiminelli no pudo haber ocultado
el crimen sin ayuda de sus familiares, que estaban en el lugar del hecho.
Pero ¿también la ayudaron a matarla? Esa pregunta será clave
en el expediente judicial que lleva a delante la fiscal Ana Laura Brizuela, de
la UFI N° 2 del Departamento Judicial Zárate-Campana.
Agustín Leonel Chiminelli (24) y sus padres, Carlos Rubén
Chiminelli (69) y Liliana Esther Sánchez (64), detenidos por el femicidio de
María Alejandra Abbondanza (38) en Campana. Foto Facebook
Este domingo, Brizuela recibió el resultado preliminar de la
autopsia que confirma lo que sospechaban: María Alejandra murió de un
traumatismo de cráneo provocado con un elemento contundente.
La principal hipótesis es que Chiminelli usó una mancuerna
gris, de hierro engomado, que después descartó en una bolsa de residuos en un
domicilio a 50 metros de la escena del crimen.
Alejandra llegó caminando a la casa de su vecino. En las
imágenes de las cámaras de seguridad, a las que tuvo acceso la fiscalía, se la
ve entrando con su perro, "Pochi", a quien había sacado a pasear
minutos antes.
Arriba, desde la misma terraza en la que intentó incinerar
el cuerpo, Chiminelli la vio llegar. Bajó a su encuentro en la puerta. Por ese
movimiento, familiar y premeditado, los investigadores sospechan que se pudo
haber tratado de un encuentro pautado, no algo sorpresivo ni un engaño, como se
sospechó en un principio.
Confirmar esa hipótesis parece cada vez más complejo:
Chiminelli restauró su teléfono celular a las configuraciones de fábrica y
borró toda la información antes de que los investigadores pudieran analizarlo.
Alejandra tenía un iPhone y, con la tecnología de la que
disponen, no tienen manera de acceder a él. Ahora, la única alternativa que
tienen para saber si se hubo conversaciones previas o si se coordinó un
encuentro, está en manos de fuerzas federales, las únicas podrían llegar a
tener acceso al dispositivo.
Entre los testimonios recabados hasta el momento no
encontraron ningún vínculo entre ellos. De no ser por las cámaras de seguridad,
nunca hubieran llegado al asesino de Alejandra, simplemente porque no parecía
haber relación entre la víctima con su femicida.
Desde que desapareció, este viernes por la noche, el único
indicio claro de que Alejandra había estado en su barrio era que su perro
regresó solo caminando hasta su casa, alrededor de las 4 de la mañana.
Un poco después de que la actual pareja y el padre de su
hija lo habían cruzado en la puerta al presunto femicida preguntándole si había
visto a la mujer. "Estaba al tanto de que la buscábamos porque tenían
acceso al chat vecinal en el que sólo se hablaba de esto", confiaron fuentes
del caso.
La pista de los padres
Chiminelli tiene 24 años y una denuncia previa de una pareja
anterior. Fue hace una semana que una ex novia pidió en el Juzgado de Familia
de Campana una restricción de acercamiento. Esta semana será citada a declarar
para contar cómo era su relación con el joven.
En redes sociales, otra joven identificada como
"Mile", publicó: "Siempre fuiste un psicópata y un manipulador
disfrazado de nene bueno. Me hiciste la vida miserable mientras estuvimos
vinculados y hay muchos testigos. Hasta de cuando te partiste una baldosa en la
cabeza para que no me vaya con mis amigas".
Además, también involucró a sus padres en la denuncia
virtual: "Tus viejos también veían todo lo que hacías y me hacías pasar y
te apañaban por ser su único hijo, encerrándome en su casa porque si me quería
ir el nene se ponía violento y si ya había roto cosas empezaba a volar otras
por el aire. Y siempre, siempre, te defendieron y eras el bueno".
En su descargo, la joven apuntó contra los tres integrantes
de la familia: "Los tres son una porquería y espero que se caguen
pudriendo. Me duele pero hace unos años atrás pude haber sido yo. Varias veces
me vi muerta en manos tuyas Siempre supe lo que podías llegar a hacer vos y tus
viejos. Estoy segura de que si muchas hablan, pasaron por el mismo calvario. Yo
tuve un Dios aparte de poder zafar, pero María no. Espero que pagues
todo".
Los padres
Esther se paró en la vereda. Miró, como si fuera una espectadora
más, el operativo policial que para el sábado a la mañana ya buscaba a
Alejandra en las casas de su cuadra. Pero no fue sólo una vecina curiosa,
también intentó desviar la investigación de su casa: declaró que el garaje de
su casa pertenecía a la casa de al lado, por lo que allanaron esa propiedad
primero.
Después mintió al decir que el galponcito en el que se había
cometido el crimen era alquilado, cuando en realidad era ocupado por su hijo.
Esto terminó con su detención.
Respecto del padre, Carlos Rubén Chiminelli, tiene un
impedimento físico pero que no le hubiera impedido colaborar con su hijo para
intentar hacer desaparecer el cuerpo.
Durante la noche en que todo el barrio buscaba a Alejandra
con desesperación, el acusado salió varias veces con bolsas de basura que
desparramó por todos lados. La ropa ensangrentada, la mancuerna, el pretal del
perrito con manchas de sangre, todo fue repartido en canastos, tachos y hasta
en un baldío.
La escena del crimen quedó limpia y todos los restos
desaparecieron del lugar. ¿Pudo haberlo hecho solo en esas horas?
Pero lo más llamativo es cómo el joven podría haber
movilizado desde allí el cadáver de Alejandra por una escalera de 60
centímetros, solo, para después subirlo a una parrilla que tenía en una especie
de terraza, con la intención de incinerar el cuerpo y borrar los rastros del
crimen.
Ahí es donde -presumen- tendría que haber contado con la
colaboración de sus padres. Sin embargo, según establece el Código Penal, no
podrían ser imputados por encubrimiento por su relación de
"consanguinidad" con el femicida. Es por eso que será clave
determinar si tuvieron o no una participación activa en el homicidio para
asegurarse que continúen detenidos.




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