El duelo empezó parejo, con la Albiceleste manejando la
pelota pero con el equipo de Roberto Mancini saliendo bien de conotra y
generando peligro en el arco defendido por Emiliano Martínez, pero sobre la
media hora de juego, la Scaloneta levantó el nivel, primero con un remate de
Messi y después con una magnífica jugada de La Pulga por izquierda y el centro
al medio para Lautaro Martínez, que solo la tuvo que empujar. En el final de la
primera mitad, el Toro ganó por potencia, encaró a la defensa italiana y metió
un pase filtrado cinco estrellas para el Fideo, que ganó en velocidad y la picó
ante la salida de Gianluigi Donnarumma para estirar la diferencia en el
marcador e irse al descanso con una ventaja de dos goles.
El complemento fue todo de Argentina, que llegó muchísimas
veces pero sin efectividad. Lionel Messi nunca pudo superar en el mano a mano a
Donnarumma, su compañero en París Saint-Germain, Giovani Lo Celso se perdió
goles increíbles y Di María tuvo algunas claras para sentenciar la goleada,
pero llegó el tercero sobre el final a través de Paulo Dybala, que ingresó unos
minutos antes. La Joya la robó y definió cruzado para sentenciar el 3-0 final
para la Selección, que se consagró campeón de la Finalissima y alzó un título
en Wembley.




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