Ocurrió en un establecimiento rural de Ruta 56 kilómetro 48
cuando un trabajador, al comenzar su jornada laboral y levantarse, intentó
abrir las canillas y se dio cuenta de que no había agua.
La noche anterior había estado usando el motor para
bombearla y decidió salir para ver si había alguna anomalía. Los ladrones
habían pasado durante la noche, sacaron el techo de chapa que protegía al
bombeador, arrancaron el caño que lo conectaba a las tuberías de la casa y se
lo llevaron.
El afectado indicó que entre dos o tres personas eran
necesarias para levantarlo dado su tamaño.




Redes