
La secuencia arrancó ayer por la tarde cuando se ordenó una
nueva detención contra este hombre por desobedecer una medida judicial para
acercarse a su ex pareja con la quien tiene un bebé.
Con el mandato en la mano se despacharon móviles a un
domicilio en Madariaga y otro en Ostende donde generalmente suele parar. “Alguien
le avisó porque siempre tiene el dato y cuando ve a un oficial cerca que lo busca
él ya sabe que van a detenerlo y escapa. No hay otra explicación”, dice una
fuente policial que pidió reserva y que sostiene que Erreguerena ya se les
escapó 3 veces y no 2 como informa la justicia.
Cuando estaban esperándolo, en Ostende, lo ven bajar de un
colectivo de la empresa Costa Azul. Al cruzar miradas el chico empezó a correr
y una patrulla de Madariaga –con las dos máximas autoridades policiales locales
a bordo- empezó a seguirlo pero “Usain” lo hizo de nuevo: metió más de 100 metros
en menos de 10 segundos y se coló en un médano ante la mirada de los policías
desde la patrulla.
Igualmente entraron a la casa y encontraron ropa de mujer lo
que a las claras da a entender que no tiene ni ropa ni dinero consigo como para
poder seguir con su evasión por mucho tiempo.
Según el relato de la fuente policial, en diciembre fueron a
buscarlo por desobediencias reiteradas. La abuela atendió a los oficiales y les
dijo que su nieto había armado un bolso unas horas antes y se había ido. Muy
llamativo que haya decidido hacerlo justo antes de un mandato judicial que
supuestamente nadie sabía.
Se presume que siempre estuvo en Madariaga hasta que en un
control de tránsito lo pararon y un policía vio su cara y sus datos y preguntó
si aún estaba vigente su captura. Le respondieron que sí y lo apresaron.
Cuando estaba en la comisaría se contagió de COVID. Una
tarde de sábado pidió ir al baño y puso en práctica su velocidad: empujó a los
escoltas y huyó corriendo. Saltó paredones, se introdujo en una manzana en
donde pasó de terreno en terreno y rodearon todo el sitio pero jamás lo
pudieron hallar.
Casi 22 horas después se entregó a la policía en la
comisaría. Para ese entonces tenía privación ilegítima, desobediencia y
evasión.
Fue a un juicio abreviado: reconoció todos sus errores, le
dieron una pena mínima y pudo ser excarcelado hace pocas semanas. Prometió no
acercarse a su ex pero falló y ahora es, otra vez, un prófugo de la justicia
que logra evadir con mucha pericia a cualquier oficial de policía.




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