La Justicia salió a aclarar hace algunas horas las
circunstancias del caso revelado por CNM a principios de mes en donde un hombre
de 45 años raptó y atacó sexualmente a una nena de 13 años en un descampado del
barrio Belgrano.
En principio, se definió esta mañana en una audiencia de
morigeración que el acusado siga detenido hasta el juicio.
La semana pasada su defensa había pedido una morigeración de
la prisión para intentar conseguir una prisión domiciliaria. “Es algo de manual
que se hace siempre y que muy pocas veces se logra” detalló una fuente
consultada. En este caso era casi imposible porque el atacante vive a 70 metros
de la casa de la víctima y el delito es tan grave que no contempla salir con
una domiciliaria hasta el momento del juzgamiento.
En cumplimiento de la Ley de Víctimas, la jueza se contactó
con la familia de la menor para informarles acerca de este procedimiento y
ellos interpretaron que el sólo hecho de la audiencia podría significar una liberación.
Por eso realizaron una marcha el fin de semana por calles de la ciudad.
Por otro lado, se confirmó que el abogado Julio Torrada –que
fue anunciado como representante de la familia- no se ha presentado para tener
acceso al expediente ni se ha registrado como tal.
También dejaron en claro que el acusado no es profesor de
ninguna murga y que esa parte de la historia fue tergiversada para obtener una
mayor circulación mediática.
El Caso
Las declaraciones de la adolescente ante el gabinete que incluye a psicólogo, asesoría legal y asistente social, corroboraron que los dichos son compatibles con ataques sexuales.
Uno de ellos fue cuando la niña se quedó a dormir en la casa
del acusado dado que es amiga de la hija del mismo. En medio de la noche el
hombre se metió en su cama y comenzó a tocarla por debajo de la ropa. Ella
logró zafarse y escapó.
El otro, el más grave, fue en febrero cuando la subió a su
auto y la llevó a un descampado para violarla.
A poco más de un mes apresado su defensa pidió una
morigeración de la prisión preventiva.
Es un paso reiterado, y casi obligado, en cada una de las defensas que
intentan que su cliente llegue hasta el juicio con una pulsera electrónica y en
su casa.
El hombre se enfrenta a una pena que va de 6 a 15 años de
prisión. La carátula es abuso sexual con acceso carnal agravado por resultar la
victima al momento del hecho de 12 años de edad en concurso real por el rapto
de la niña.




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