Dos delincuentes fueron detenidos este martes en City Bell, La Plata, luego de haberle robado a un hombre su perro y exigirle 15 mil pesos para su rescate.
Los motochorros, de 21 y 39 años, primero se llevaron a la mascota de la víctima, de 33 años, y luego lo contactaron a través de las redes sociales. Allí le pidieron $15.000 para volver a ver a su perro.
Sin embargo, el dueño denunció el robo a la policía de La Plata, que preparó un operativo para recuperar el animal y devolverlo a su familia. “Recibimos una denuncia de parte de la víctima, en la que nos informó que lo habían contactado para extorsionarlo por el perro”, explicó un agente.
Este lunes, el dueño y los delincuentes pactaron que la entrega se realizaría en Camino General Belgrano y 467. Allí la policía le montó una emboscada a los delincuentes que habían llevado al perro para hacer el intercambio.
Apenas detectaron a los motochorros, que llevaban al animal entre las prendas, los interceptaron y los detuvieron.
Luego de identificarlos y detenerlos, los trasladaron a la seccional, donde quedaron a disposición de la UFI N° 5, a cargo del fiscal Juan Menucci.
Su empleada doméstica le robó el perro y escapó
Distinta fue la historia de Astrid, quien a fines del año pasado sufrió el mismo robo que el que sucedió en La Plata, pero por parte de una conocida: su empleada doméstica.
“Llegué a mi casa y la señora que trabaja nos desvalijó, y lo más triste es que se llevó a mi perro. Es mi vida, por favor, ayúdenme. Se llama Pocho, tiene siete años. Solo quiero a mi perro”, contó Astrid en aquel momento.
La imagen de la mujer saliendo del edificio quedó registrada en las cámaras de seguridad. Astrid había contratado a esta empleada por medio de una agencia. Parecía todo normal. Tenía antecedentes y documentación.
Aparentemente, la agencia llamó a los contactos que acreditaban que esta persona había trabajado en sus casas. El DNI parecía estar en regla, pero era toda una puesta en escena.
Cuando “Elva” desapareció, también desaparecieron sus “contactos”. Su documento estaba adulterado y, para peor, esta persona ya había hecho lo mismo en, por lo menos, otros tres hogares en los últimos cuatro años.
La primera investigación policial dio como resultado que la estafadora es ciudadana paraguaya y tiene pedido de captura de Interpol. A pesar de esto, logró ser tomada por la agencia y trabajar en la casa de Astrid.
Finalmente, en febrero de este año, la familia pudo reencontrarse con el perro y la empleada doméstica fue detenida.
GENERAL JUAN MADARIAGA El Tiempo
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