Un vecino comenzó a gestionar hace algunos días un crédito
por 1.000.000 de pesos a una tasa muy beneficiosa a través de una empresa que,
según se sabe ahora, es ficticia y se hace llamar “Préstamos OnLine Argentina”.
Llegó a ellos mediante una búsqueda de hizo por internet y
comenzaron los intercambios vía WhatsApp. En principio le pidieron el número de
cuenta bancaria, una foto de su DNI y recibo de sueldo o ingresos acreditados.
A las horas le indicaron que ya tenía todo aprobado. Sin
embargo, debía hacer un giro de 78.000 pesos para cubrir los gastos
administrativos que el proceso generaba. La víctima lo hizo y a los días le
pidieron otros 12.000 pesos por nuevas variaciones en los valores.
Los días pasaban y le pidieron, por tercera vez, un giro de
10.000 a lo que el denunciante se negó. Allí comenzaron las sospechas ciertas
de una estafa.
Con el correr de las horas y la zozobra se sumaron mensajes
en su celular de otra empresa llamada Mango. Desde la misma le informaban que
alguien había tramitado allí un crédito a su nombre por unos 78.000 pesos.
Ahora, la víctima no sólo perdió 90.000 de los giros que
realizó a la empresa ficticia de Préstamos On Line, sino que también afronta
una deuda con la firma de créditos Mango.




Redes