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El dolor de una abuela tras un triple crimen: “Quémenlo, me dejó sin mi hija y sin mis nietos”

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En la localidad santiagueña de Weisburd, ubicada a más de 200 kilómetros de la capital de esa provincia, aún perdura la conmoción por un triple crimen descubierto la madrugada del miércoles en una vivienda familiar. Alberto Ramón “Cacho” Sanabria, mecánido de 41 años, asesinó a su esposa y a sus dos hijos 7 y 4 años, para luego suicidarse en un campo de la zona donde trabajaba.

El triple crimen comenzó a investigarse a partir de la alerta de testigos que vieron a Sanabria tomar una escopeta con la que se efectuó un disparo en el rostro. Se quitó la vida en un lote situado antes de llegar a la localidad de Tintina. Había ido hasta allí con su vehículo para reparar el tractor de un cliente.

Ante esa situación, agentes de la comisaría local se dirigieron al domicilio del mecánico, ubicado en el barrio Fortín. Buscaban a su familia para hacerle saber lo sucedido, pero nadie los atendió. Por eso, localizaron a un familiar para poder ingresar. Y una vez en el interior de la casa se encontraron con la tragedia: hallaron asesinados a Romilda Yanet Corbalán (35), y a sus dos hijos Damián (4) y Luna (7).

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La fiscal Carla León Fernández -luego intervino su colega de la Unidad de Violencia de Género, Silvina Paz- supervisó las pericias de la División de Homicidios y la Policía Científica. Mientras eso ocurría al lugar llegó Hilda, la madre de Romilda y abuela de los chicos. En medio del profundo dolor y tristeza, la mujer gritó: 

“¡Que lo quemen, que no lo sepulten a ese hdp! Me dejó sin mi hija y sin mis nietos”.

“El tipo quiso matar a mi nieto, al que no quería porque no era su hijo, y le dije a mi hija: "Este no es hombre para vos, separate’”.

Ccontó al diario El Liberal. Y amplió: 

“Ella andaba muy mal. Él no la golpeaba, pero la dejaba sola y todos debíamos colaborar”.

Entre lágrimas y sin consuelo, Hilda recordó a sus nietos: 

“Eran la luz de mis ojos. Yo adoraba a mis nietitos. Les faltaba todo, pero en nosotros, recibían más que todo. Ella quería una cartuchera para sus lápices de colores. Él, una mochilita. Estaba tan ansioso por empezar su jardín. Le dije que hasta podríamos ir a Buenos Aires, de paseo, como broma”.

Los cuerpos fueron trasladados para las correspondientes autopsias. Mientras se aguardan los resultados, se conoció que Romilda fue golpeada y atacada a puñaladas. Tenía cortes en la espalda y en el pecho, del lado izquierdo. 

“Recibió cinco heridas punzocortantes y estimamos que la causa de muerte podría haberse producido por esas heridas, que eran compatibles con un cuchillo tipo carnicero”.

Dijo hoy a Télam la fiscal Paz. En el lugar del triple crimen se secuestró un cuchillo con marcas de sangre.

Respecto de la causa de muerte de los chicos, se establecerá mediante el análisis forense. La fiscal todavía no tienen certezas, ya que “los niños estaban acostados en sus respectivas camas, no presentaban signos de violencia externa como la mamá, ni golpes, ni puñaladas”. Una de las principales hipótesis es que hayan sido sofocados con una almohada o sábana.

Paz estableció que los crímenes ocurrieron entre la 1 y las 4 del miércoles e indicó que “la teoría más firme es que él comete el femicidio y los dos homicidios calificado por el vínculo con relación a sus hijitos”, tal como había señalado la abuela de los chicos. Además, dijo que no había denuncias por antecedentes de violencia de género, sin embargo “no se descarta nada”.

La investigación continuaba este jueves con la toma de testimonios a familiares. Mientras, los vecinos de Weisburd iniciaron una campaña para ayudar a la familia Corbalán. A su vez, los organismos provinciales se comunicaron con la comisión municipal y pusieron a disposición de la familia féretros y el servicio para las tres víctimas.



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