Desenlace fatal en una toma de rehén en Caseros: los efectivos policiales irrumpieron en la vivienda donde un hombre, fuertemente armado, mantenía cautivo a un amigo y abatió al agresor. El rehén se encontraba muerto desde varias horas antes, según pudo certificar la Policía científica en la escena del crimen. Según se informó al menos cuatro efectivos resultaron heridos tras el enfrentamiento con el atacante.
Desde la madrugada, el grupo Halcón había rodeado la zona y
los investigadores ya dudaban del estado de salud de la víctima. Durante la
noche y por la mañana, los presentes en el barrio oían continuos disparos que
salían de la vivienda.
“Ya lleva más de 300 tiros”, dijo temprano a TN el ministro
de Seguridad bonaerense, Sergio Berni. Según el funcionario, que está en el
lugar del hecho, “es impresionante la cantidad de municiones; son detonaciones
de alto calibre”.
Entonces, a media mañana, el funcionario ya había puesto en
duda la salud del rehén: “No creemos que esté en buen estado el acompañante”.
“No escuchamos ningún tipo de señal de que estuviera vivo”, agregó Berni
después en radio La Red.
El episodio comenzó ayer a las 23.30 en una casa ubicada en
la calle Tres de Febrero al 3964 cuando el agresor, identificado como Alejandro
Maldonado, de 40 años, decidió tomar cautivo a uno de sus allegados. Al
parecer, antes se había producido una cena familiar que habría derivado en una
discusión con su pareja.
De acuerdo a las primeras versiones recabadas por los
investigadores, el agresor habría atacado a su mujer Paula tomándola del cuello
y tras ello el resto de los presentes logró rescatarla. Tres adultos y un menor
escaparon de la vivienda y uno de los amigos del atacante -el rehén,
identificado como José Alejandro Cáceres, de 47 años- se quedó para intentar
contenerlo.
Berni calificó la situación como “de altísimo riesgo” y
remarcó sobre el secuestrador sus “alteraciones mentales bastante importantes,
incluso un delirio de que se ha preparado para la Tercera Guerra Mundial, con
chalecos antibalas y máscara antigás”. “Cuando quiere grita, cuando quiere habla.
Está totalmente enajenado”, había agregado más temprano.
Problemas familiares
El agresor contaba con varias causas en contra por amenazas
y lesiones dentro de su propio entorno familiar, según pudo reconstruir este
diario. Maldonado tenía problemas con sus hermanos por una disputa por una
sucesión. Ellos lo denunciaron en reiteradas oportunidades. Su pareja, víctima
de violencia de género, desde su lugar como empleada de una fiscalía habría
intentado cubrirlo o protegerlo ante la Justicia de San Martín e incluso fue
sancionada por eso.
“Tengo millones de denuncias de perimetrales, él quiso acuchillar a mi hermano mayor, mis papás sufrían violencia por él, nosotros lo quisimos ayudar y ella lo protegía, la mujer es tan culpable como Alejandro. Él está enfermo, pero ella no”, contó por la mañana, antes de conocerse el desenlace, al canal Crónica Mariana, hermana del secuestrador.




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