El jefe de Gabinete, Juan Manzur, y la titular de la Anses,
Fernanda Raverta, anunciaron hoy en la Casa Rosada la implementación de la
jubilación anticipada para personas que ya cuentan con los 30 años de aportes
requeridos, les faltan cinco años de edad o menos para jubilarse y se
encontraban al 30 de junio de 2021 desocupadas o desocupados.
El plan es establecer un sistema temporario para que un
grupo de personas desocupadas pueda acceder a un beneficio previsional cinco
años antes de la edad de retiro fijada por la ley. Con la medida el oficialismo
intenta conseguir más votos en las elecciones legislativas de noviembre, luego
de la derrota en las PASO del 12 de este mes.
Además, se entregaron las primeras jubilaciones por
Reconocimiento de Aportes de Tareas de Cuidado a mujeres de todo el país. Desde
la Casa Rosada detallaron que más de 80.000 madres iniciaron su jubilación con
esta política, que valora el tiempo que destinaron y destinan a la crianza de
sus hijas e hijos.
De acuerdo a lo que detalló Raverta, la jubilación
anticipada -que será de alrededor de 50.000 pesos en promedio- alcanzará en su
mayoría a hombres que se quedaron sin empleo y fueron despedidos durante la
administración macrista. “La enorme mayoría perdieron su trabajo durante el
gobierno anterior, porque la enorme mayoría son trabajadores del sector
industrial”, puntualizó la funcionaria camporista, que habló de una medida
dirigida a aquellas personas “que son muy jóvenes para jubilarse, pero muy
grandes para volver a conseguir trabajo”.
Sin mencionar el mal desempeño del Gobierno en las urnas,
Raverta dijo: “Somos un gobierno que reconoce que frente a las dificultades hay
que ponerse inteligentes para pensar cómo salir. Ante la adversidad hay que
pensar respuestas y soluciones concretas para una vida digna para nuestros
compatriotas”.
Luego de hablar de la ley de moratoria y de la ampliación de
la misma impulsadas durante las administraciones kirchneristas como “dos hechos
fundantes”, Raverta cerró: “Estamos convencidos y convencidas de que nuestro
gobierno nos va a sacar nuevamente del infierno”.
Por su parte, Manzur -que oficia como cara visible del
Gobierno tras los cambios en el elenco de ministros- pidió un aplauso para el
presidente Alberto Fernández, corrido de la escena pública. “A él le damos el
aplauso porque en los momentos más difíciles mantuvo el timón del barco firme
con una direccionalidad clara”, sostuvo el gobernador tucumano en uso de
licencia.
“Estos son los grandes hitos que estamos marcando, empezó
Néstor en 2005... ¿Quién era el jefe de Gabinete? El actual presidente, Alberto
Fernández. Y miren las vueltas de la vida y cómo esto se continúa, aquel jefe
de Gabinete es presidente de la Nación”, enfatizó el funcionario que busca
imprimirle al Ejecutivo un perfil de gestión activa. “Ojalá que Dios nos ayude
y nos dé una manito porque esta vuelta nos hace falta para seguir saldando
todas las deudas que la Argentina tiene”, concluyó.
Los cambios en detalle
Los funcionarios especificaron que durante un plazo de dos
años se habilitará el acceso a una prestación dentro del régimen jubilatorio
contributivo a mujeres y varones con 55 años y con 60 años cumplidos,
respectivamente. Las edades requeridas por ley en el sistema general que
gestiona la Anses son de 60 y 65 años, para cada caso. Y a eso se suma a la
exigencia de contar con 30 años de aportes. Esta última condición sí debería
cumplirse para poder cobrar la llamada “prestación anticipada”.
El texto elaborado por técnicos de la Anses señala que los
solicitantes deberán acreditar 30 años “de servicios con aportes computables en
uno o más regímenes jubilatorios comprendidos en el régimen de reciprocidad”
con el sistema general. Y aclara que esos aportes deben ser “efectivos”. Por lo
tanto, no está habilitado el acceso si la persona necesita ingresar a la
moratoria para llegar a la cantidad necesaria de tiempo con contribuciones
(actualmente, más de la mitad de quienes se jubilan tiene esos planes).
Además de los aportes, la otra condición prevista es estar
desocupado al 30 de junio de este año. El cobro de la prestación es
incompatible con el trabajo en relación de dependencia o por cuenta propia, o con
la percepción de algún plan social o beneficio previsional.
En cuanto al monto, se proyecta que se percibirá el 80% de
la jubilación que le correspondería en cada caso a la persona. Al cumplirse la
edad de jubilación se pasará automáticamente a cobrar la prestación completa.
En el caso de los asalariados, para calcular el haber jubilatorio inicial se
considera, en primer lugar, el promedio de las últimas 120 remuneraciones (se
aplica una actualización a los montos históricos); de ese valor promedio se
estima el 1,5% y al resultado se lo multiplica por la cantidad de años
aportados. Luego se suma la Prestación Básica Universal (PBU), que es un valor
único, igual para todos los casos.
Por ejemplo, con un salario promedio de los últimos 10 años
trabajados de $80.000, alguien obtendría un haber de inicio de $47.858, en
tanto que si accediera a la prestación anticipada que está en estudio el monto
sería de $38.286.
La iniciativa incluye garantizar que en ningún caso se cobre
una cifra menor al haber mínimo, que es de $25.922 desde este mes y hasta
noviembre (en diciembre deberá haber otra actualización, según lo establecido
por la ley de movilidad).
El régimen que se establecerá es similar al de la ley
25.994, que estuvo vigente entre enero de 2005 y abril de 2007. En ese caso,
también podían acceder a una prestación anticipada los trabajadores desocupados
que ya contaban con al menos 30 años de aportes y tenían cumplidos los 55 años
(mujeres) o los 60 años de edad (varones). Y cobraban el 50% de la jubilación
completa que luego les iría a corresponder.
Para afrontar el costo de las nuevas prestaciones no se
prevé ninguna fuente especial de financiamiento. Por eso, su instrumentación
provocaría un mayor desequilibrio en los números del sistema previsional, más
allá de que el proyecto implica un reconocimiento parcial del problema que
sufren las personas cuando, a causa de su edad, les resulta muy dificultoso
acceder a un puesto de trabajo en caso de haberse quedado sin ocupación. Según
los datos del régimen jubilatorio, actualmente hay menos aportantes asalariados
en el sector privado que una década atrás.
Por otra parte, la medida, al preverse con un carácter
temporario, provoca fuertes inequidades entre los aportantes: se les otorgan a
algunos derechos que se les niegan a otros, solamente en función de cuál fue la
fecha de nacimiento (lo mismo ocurre con las moratorias previsionales). Son
problemas derivados de la discrecionalidad de las políticas y, en definitiva,
de la falta de una discusión profunda sobre los cambios que le hacen falta al
sistema.
En cuanto a las jubilaciones regulares, con el actual
gobierno y la llegada de la pandemia y la cuarentena, se ralentizó fuertemente
el número de altas obtenidas por quienes necesitan acceder al beneficio y
cumplen con todos los requisitos. En 2020 se jubilaron 120.390 personas, un
número que es inferior a la mitad del promedio anual de nuevos jubilados (248.384)
de los tres años previos. Eso fue parte del ajuste fiscal concretado por el
gobierno de Alberto Fernández, con el que se afectó el gasto previsional (la
otra parte del ajuste fue la actualización insuficiente de los haberes). En el
primer semestre de este año, en tanto, hubo 96.258 altas de beneficios
jubilatorios.




Redes