Ni bien el
árbitro Esteban Ostojich pitó el final del partido en el Maracaná decenas de
cientos de madariaguenses salieron hacia el centro de la ciudad para festejar
el tan ansiado triunfo de la selección nacional que cosechaba una nueva Copa
América tras 28 años de penurias.
Unas 2.000
personas coparon las calles. Eran tantos los años que habían pasado que para
muchos era la primera vez que salían a gritar la palabra Campeón. Esto llevó a
que el núcleo principal se ubique en Sarmiento y Avellaneda y, los más jóvenes,
elijan el reloj de San Martín y Sarmiento.
Una
caravana con decena de autos y motos pasaron por ambos lugares haciendo sonar
sus bocinas. Acaso, tímidamente, un par de policías hacían los que podían para
abrir el tránsito mientras la locura, a meta salto, cánticos y gritos ganaba
terreno.
Para ellos,
hubo pocas o casi nulas medidas de prevención contra el COVID-19. El fanatismo
y la locura ganaban.
CNM estuvo
en el lugar con transmisión en vivo. Todo lo que comenzó cerca de las 23.30
culminó pasadas la 1 de la mañana en un inicio de domingo en donde la palabra
restricción no estuvo presente.




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