Casilda Ramona Benegas ostenta un récord nacional y es la segunda persona a nivel mundial más longeva que haya superado el coronavirus.
Es de Mar del Plata, vive en un hogar del barrio Villa
Primera, y fue alcanzada por el virus en diciembre pasado.
La mujer, de nacionalidad paraguaya, Identificada bajo el
número 5.229.660, cursó la infección asintomática y nueve días después superó
la enfermedad con 113 años y 259 días de vida. De esta manera, se convirtió en
la persona más longeva de Argentina en curarse y es una de los cerca de 500 infectados
de más de 100 años en recuperarse, según el Sistema Nacional de Vigilancia de
la Salud (Snvs).
"Se lo agarraron todos, se dieron cuenta por una
empleada. Los hisoparon y todos los residentes dieron positivo. Ella por suerte
no tuvo un solo síntoma, pasó los diez días bárbaro", contó Mayra una de
sus bisnietas de 30 años.
Además, también es la segunda persona más longeva en
recuperarse de la enfermedad en todo el mundo, detrás de la
estadounidense-española María Branyas, nacida el 4 de marzo de 1907, según el
sitio especializado Gerontology Wiki.
Nació el 8 de abril de 1907 en el departamento de Itapúa,
Paraguay. De grande se casó con un español y en 1945 abandonó su tierra natal.
Se asentaron en el norte argentino: primero en Jujuy, luego en Corrientes y por
último en Chaco, hasta que finalmente se trasladaron de manera definitiva a Mar
del Plata. En el 2000 se fue vivir a España junto a su familia, pero en 2013
retornó a La Feliz. A lo largo de su vida, Casilda fue ama de casa. Se dedicó a
cuidar a sus dos hijos y a sus nietos.
Desde hace algunos años, la mujer supercentenaria reside en
un hogar de la zona de Villa Mitre. Y a pesar de que no ve ni escucha del todo
bien, su bisnieta destaca que "siempre fue muy sana". "Nunca
tuvo nada. Hace unos años la mordió una gata y la llevaron a una clínica. Los
médicos no podían creer que le tenían que abrir una historia clínica con 111
años", recuerda.
Mayra confiesa que Casilda no guarda ningún secreto para
conservarse. "Siempre fue una mujer muy alegre, yo nunca la vi enojada. No
es que mantiene una dieta estricta y sana, siempre comió y tomó lo que quiso.
Tiene un estomago de hierro que ni el coronavirus le pudo arrancar",
revela.




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