María
Mercedes Tobajas es enfermera y el 30 de mayo de 2020 quedará grabado en su
memoria porque dos perros rottweilers la atacaron en la calle y un
automovilista la salvó y llevó con urgencia a un hospital.
Al dialogar
con el programa “Cosas que Pasan” de la señal ECO TV narró el drama para poder
retornar a la normalidad luego de 5 meses de trabajos de rehabilitación. La
mujer sufrió daños severos en uno de sus brazos y aplastamiento de discos
lumbares.
El hecho se
desencadenó cuando se disponía a asistir a uno de sus pacientes que vivía a tan
solo una cuadra de su casa, descendió de su vehículo, el cual había estacionado
en la esquina de las calles Santos Vega y Carlos Gardel, y se topó con los
canes, que se habían escapado de la vivienda de la esquina.
“Los perros
se me abalanzaron y yo quedé inmóvil, porque no tenía a dónde treparme ni
tampoco de dónde sujetarme. Solamente agarré muy fuerte mi maletín.
Afortunadamente justo pasó un muchacho con su nene, de siete u ocho años,
percibió la situación y dio marcha atrás. Yo, frente a los dos animales, pude
agarrar la manija del auto, abrir la puerta y tirarme en el asiento trasero”,
narró Tobajas.
Reveló la
víctima que a los perros ya los conocía debido a que cuando eran cachorros
ingresaban a su casa y ella debía tocarle timbre a su vecina para que los fuera
a buscar.
Incluso,
contó que algunos de los residentes de la zona de El Cerrito le comentaron que
ellos también tuvieron inconvenientes con los mismos rottweilers y señaló que a
su hijo el año pasado los mismos perros le habían mordido una mano.
“Nunca se acercaron a pedirme perdón”
Tras el
violento suceso, Tobajas clamó que los dueños de los animales nunca se
acercaron a pedirle disculpas ni tampoco a preguntarle si necesitaba algo.
“Son
bastantes apáticos, y con eso no hago un juicio de valor, porque capaz son
excelentes personas. Pero, de hecho, cuando eran cachorros y venían a casa,
nunca se disculparon”, aseveró.
Recordó que
“cuando el muchacho me salvó la vida, le pedí que diera la vuelta a la manzana
y me acercara a mi vehículo. Pero como los perros seguían ahí, le solicité que
me esperara cinco minutos hasta que se fueran. Cuando lo hicieron, subí a mi
auto y llamé a la Policía”. Con temor y en un estado de exaltación, notificó a
los uniformados que los canes estaban sueltos en El Cerrito.
Minutos más
tarde arribó un móvil policial y los agentes les tocaron timbre a los dueños
para avisarles que sus mascotas estaban sueltas y habían atacado a una señora.
“Salieron a
buscar a sus perros y cuando volvieron pasaron por delante de mí. Por el shock,
yo no había percibido que realmente tenía mucha sangre en el brazo. Pero ellos
igualmente se metieron en su casa y la mujer, desde lejos y de una manera medio
prepotente, me preguntó si quería una gasa”, relató
La denuncia y los perjuicios
Afirmó la
víctima que radicó la denuncia pertinente tanto en la comisaría Primera como en
Bromatología y reveló que a los dueños de los animales ya les iniciaron una
causa, no solo porque ella quedó con una discapacidad sino porque también
existe la posibilidad de que vuelvan a atacar.
Contó
además que sus vecinos, sabiendo lo que ocurrió, aún continúan subiendo a los
perros a sus camionetas sin bozal y sin correa.
“Yo no digo
que esta gente los haya criado para matar, se ve que los atienden bien. Pero me
sucedió a mí, y gracias a Dios no a una criatura”, expresó y completó: “No pasó
a mayores porque tuve el instinto de subirme. Si no, no sé en qué estado
estaría”.
De todas
formas, lamentó que aún sufre ataques de pánico recurrentes y que no descansa
bien por las noches ya que sueña constantemente con el ataque. Asimismo, contó
que tiene limitaciones para hacer las tareas del hogar, por lo que debió
contratar a muchos asistentes.
Finalmente,
indicó que desde la Dirección de Bromatología del Municipio le dijeron que este
tipo de perros deben tener un chip, un seguro y que tienen que pasearse con
correa y bozal, como así también necesitan un perímetro importante que esté
bien cerrado.
Fuente: El
Eco




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