Este terrible hecho ocurrió en Ramos Mejía. Le tocaron el timbre a una jubilada, se asomó por la ventana y se presentaron como trabajadores de la empresa prestadora del servicio eléctrico.
En ese momento, alegaron que había un "exceso de tensión".
"Le dije que no los dejaba pasar y me pidieron que le bajara la térmica. Ese día se fueron, y volvieron el viernes a la mañana".
Detalló la jubilada.
La mujer se asomó a la ventana y el ladrón le dijo que "había mucho exceso de corriente" y le volvió a pedir que bajara la térmica.
"Salí a bajarla y la puerta quedó abierta, se ve que él subió por el techo y bajó por la escalera”.
Amplió la mujer. Fue así como uno de los ladrones se le apareció por detrás.
"Me dijo dame toda la plata que tenés, y se la tuve que dar".
Admitió la jubilada. Además, contó que la amenazó de muerte y le avisó que la iba a encerrar en el baño:
"Callate la boca, no hables, porque tuve coronavirus y te puedo contagiar".
Le dijo. Antes, le pidió la llave de la puerta de calle para abrirle a su cómplice.
La víctima del robo le imploró que no la encerrara, porque esto le genera "una sensación de ahogo", y el delincuente le dijo que le iba a dejar la puerta entreabierta.
Le ató las manos e intentó amordazarla, pero ante un nuevo ruego decidió dejar la boca de la víctima libre de ataduras.
Los delincuentes se llevaron 30.000 pesos que había cobrado a principio de mes de la jubilación y todo lo que llevaba en la billetera.




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