Ayer por la tarde, la casa de la calle
Pizurno de la familia de J.A.C, alias “Chingui”, en el barrio de El Jagüel,
partido de Esteban Echeverría un móvil de la Policía Bonaerense vigilaba la
zona, mientras vecinos enardecidos pasaban e insultaban para pedir por la
cabeza del hombre, que no estaba allí. A mediados de esta semana, una serie de
audios en donde supuestamente J.A.C habla se habían viralizado desde un
teléfono que había vendido y del que se olvidó de borrar sus datos.
En ellos relataba cosas grotescas, cómo supuestamente había
violado a su propia hija de seis años, la habría engañado con “un chupetín”
para forzarla a que le practique sexo oral. Una turba llegó hasta su casa para
prenderla fuego. Los audios se volvieron virales, junto con su cara y su
nombre. J.A.C, de 30 años, fue trending topic en Twitter. El mensaje de un solo
tuitero que incluía los audios -que este medio no reproduce por pedido expreso
de la familia de la víctima- logró más de 20 mil RT: el anuncio en la misma red
del presidente Alberto Fernández para anunciar la vacuna contra el coronavirus
no superó los 4500. El post inicial que disparó el caso en Instagram tuvo casi
150 mil me gusta, realizado desde la cuenta de una vecina de 19 años del
acusado.
Se dijeron cosas que no eran ciertas, que un juez de
garantías lo había liberado bajo el pretexto del “desahogo sexual”, cuando ni
siquiera había sido detenido formalmente. El caso, una investigación penal
preparatoria, quedó en manos de la UFI N°3 de Esteban Echeverría, dedicada a
investigar delitos sexuales. Ayer por la tarde, los familiares de J.A.C decían
que “se había ido a Santa Fe”, quizás para despistar el rastro.
No fue así. En medio de la indignación en redes por sus
confesiones que deberán ser comprobadas por la Justicia, el hombre de El Jagüel
fue arrestado en la mañana de hoy, según confirmaron fuentes del caso. No
estaba en Santa Fe, sino en Ezeiza. Fue encontrado tras once allanamientos. Al
final, su propia familia llevó a su caída. Un tío fue quien lo entregó.
Así, la UFI N°3 se dispondrá a indagarlo en los próximos
días, luego de que un reconocimiento médico-legal a la menor diera resultados
negativos para indicios de abuso. Su propia ex mujer, la madre de la víctima,
que reconoció la voz en los audios como la de J.A.C, aseguraba ayer: “Mi
familia esta muy mal. Estamos muy devastados. Todo esto es muy doloroso. Mi
mamá ni siquiera se puede levantar. Pido respeto por mi hija, que no difundan
esos audios que no llegué ni siquiera a escuchar. Cuando esto se resuelva, voy
a hablar”. Dijo que nunca sospechó de J.A.C, de una presunta violación y que no
veía a su ex hace dos meses.
“La única prueba en su contra por el momento es el audio,
aunque faltan más medidas de prueba como la declaración testimonial de la
madre, la entrevista con la menor y peritar las grabaciones para saber si
efectivamente es la voz del sospechoso. La investigación recién empieza“,
señalaron investigadores.
En paralelo, un vecino acudía a la Justicia a denunciar a “Chingui”
con una declaración testimonial cargada de elementos llamativos. En su
declaración, el hombre agregó que no mantiene una relación amistosa con J.A.C:
“Lo saludo como a un vecino más del barrio”, declaró. Entre los insultos, se
anotició de la viralización de los audios. Allí J.A.C manifestó una insólita
explicación: “Esos audios se los mandé a mi ex para ofenderla”.
Ayer por la tarde, se realizó otra pericia clave en el caso:
la cámara Gesell a la menor, una prueba elemental en un expediente de abuso de
menores. La cámara Gesell de la víctima, por ejemplo, fue una de las
herramientas que llevaron a la condena a 14 años de cárcel de Jonathan Fabbro
por abusar y corromper a su propia ahijada.
Según fuentes judiciales, la entrevista a la hija de “Chingui”
no reveló ningún elemento de importancia, nada que indique un posible abuso.
El nombre del sospechoso es mantenido en reserva para
preservar el anonimato de su posible victima.
Fuente: Infobae




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