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Embarazadas en tiempo de coronavirus: ¿Cómo se da el contagio entre la madre y su bebé?

Desde la llegada de la pandemia a la Argentina, unas 384 embarazadas y 18 recién nacidos dieron positivo por COVID-19 en la Provincia de Buenos Aires, donde su Ministerio de Salud, en conjunto con la cartera de Nación, buscaban establecer maternidades centinela en los hospitales y centros de salud para el monitoreo de las mujeres internadas para dar a luz.

Bajo la sombra del coronavirus, nacerán alrededor de 116 millones de bebés hasta 40 semanas después de que el virus sea declarado pandemia, el pasado 11 de marzo, estimó UNICEF.
"Con esa fecha surgieron un montón de miedos. El primero fue pensar que estaría sola, eso me aterrorizaba, porque hace 8 años atrás yo había perdido un embarazo de 8 meses y medio. Así que imagínate...".
Contó Marina Franco, una vecina de Claypole, en el partido bonaerense de Almirante Brown, quien transitaba al inicio de la pandemia los últimos meses de gestación de su hijita.

Con los primeros casos positivos reportados en Argentina, el contagio pasó a ser la principal preocupación de Marina. A los controles, recuerda, entraba sola y los primeros latidos del bebé sólo pudo escucharlos ella, mientras su marido esperaba impaciente en el auto.
“Eso era muy triste, yo quería que él me acompañara. Pero lamentablemente no se podía, la doctora me dejaba grabar con el celular y así le mostraba cuando salía".
Relató.

El último control terminó inesperadamente en el parto, continuó Marina.
“La obstetra me hizo toda la rutina y observó que estaba con presión alta, así que me iba a hacer la cesárea de urgencia. Le dieron permiso al papá para presenciar el parto y cuidarme en la clínica".
Dijo.
“Entré con mi tapabocas personal y ahí, en una clínica de Adrogué, me lo sacaron y pusieron otro. Lo mismo a mi marido. Entré sola porque sólo podíamos de a uno, hice yo mi propia internación y avisé a seguridad que podía dejar entrar a mi marido. Me cambiaron, me pusieron toda la ropa y me llevaron a quirófano, así también con mi marido".
Rememoró Marina. Minutos después tuvo a su hija en brazos y pudo darle su primer beso, con el barbijo puesto.
La bebé nació a las 36 semanas con 2,170 kilos, bajo peso, así que estuvo cuatro largas horas en neonatología. Toda la internación estuvo atravesada por protocolos por COVID-19:
“Nos tomaban la temperatura todos los días, mientras estuvimos tres días internadas. Para la recuperación de la cesárea, tenía que caminar por el pasillo y ahí tenía que usar barbijo. Dentro del cuarto, no hacía falta".
"La mayoría de las embarazadas infectadas tuvieron sus hijos sin la enfermedad".
Explicó la directora provincial de Equidad de Género y Salud de la cartera sanitaria bonaerense, Sabrina Balaña, quien además reveló que estudios de distintos casos en el mundo indicarían que existe la posibilidad de transmisión vertical del nuevo coronavirus de madres a bebés.
"La mayor probabilidad que transmita sería en el tercer trimestre y las dos semanas previas del parto".
Indicó.
Aclaró, sin embargo, que "no todos los bebés con la enfermedad son de mamás infectadas porque las posibilidades de contagio pueden ser otras". "Estos aspectos se estudian en una maternidad centinela", señaló la funcionaria.

¿Qué se sabe sobre el contagio de madres a bebés?

Con el avance de la pandemia, los estudios en embarazadas y recién nacidos con COVID-19 positivo, sobre todo en Reino Unido y Francia, evidenciaron que podría existir transmisión vertical de coronavirus, explicó Balaña.
"Esto sigue en estudio, pero se estimó que es un 5% de los casos".
Añadió.

Para conocer cómo se da esta transmisión vertical, la placenta de la madre es sometida a análisis histológicos y virológicos (PCR), para determinar la prevalencia de infección por el virus Sars Cov-2. En Buenos Aires, estos estudios son llevados a cabo en hospitales provinciales que cuentan con servicio de anatomía patológica y luego elevan los resultados a los equipos de salud del Ministerio de Salud provincial.
"Aún no hay evidencia que la transmisión pueda darse a través del canal de parto y por eso no está contraindicado el parto vaginal. Con lactancia tampoco hay indicios. Pero sí por vía intraútero.  
Si bien hay especificaciones de qué alteraciones podría dar el COVID-19 en la placenta, sí notamos alteraciones morfológicas indirectas de alguna enfermedad. Si la madre y el bebé son positivos, se evalúa fuertemente la transmisión".
Contó la funcionaria.

Y agregó:
"La mayor probabilidad que transmita el coronavirus al bebé sería en el tercer trimestre y las dos semanas previas del parto. Esto lo sabemos por los estudios que están realizándose en el mundo".
 La investigadora argentina Marta Cohen detalló en una entrevista a Télam que el contagio podría darse por "la sangre materna que llega al bebé a través de la placenta y del cordón umbilical".
"Las vellosidades (en cuya superficie trofoblástica externa se ha localizado el virus) contienen sangre fetal, y es al nivel de esta cubierta de trofoblasto donde ocurre el intercambio feto-materno".
Explicó.

Cohen, patóloga pediátrica y perinatal del Hospital Infantil de Sheffield, al norte de Inglaterra, subrayó que su hipótesis es que "a ese nivel ocurre la transmisión viral de la madre al bebé" y aclaró que "si bien aún se está investigando, un análisis publicado en mayo en el Reino Unido detectó que había 5 mujeres con COVID-19 cada 1.000 embarazadas".

Además, aclaró que "sólo 12 (2,8%) de los bebés nacidos de las 427 embarazadas infectadas" de ese país "fueron positivos", y señaló que esos niños "pueden ser asintomáticos", aunque en algunos casos "pueden nacer antes y en un porcentaje menor, morir en el vientre materno".

¿Qué complicaciones podrían existir en un embarazo o bebé?

Las complicaciones que pueden surgir en el parto o posteriores malformaciones a causa del coronavirus en recién nacidos es otro de los temas en estudio.
"En otros países se vieron algunas alteraciones en la placenta relacionados con la preeclampsia y eclampsia, que es hipertensión inducida por el embarazo.

La cuestión a dilucidar es si se trata de una enfermedad que iba a desarrollar sin COVID-19 pero con esta enfermedad empeora; o si es provocada por la afección. No está resuelto a nivel mundial si existe una relación directa o no", explicó Balaña, directora provincial de Equidad de Género y Salud.

En el caso de mujeres embarazadas que requirieron internación en Unidades de Terapia Intensiva o respirador, continuó la funciona, las pacientes tenían "diabetes o hipertensión inducida por el embarazo". "Si está embarazada, y es COVID-19 positivo, es recomendable que se internen porque es una afectación a su inmunidad y son más sensibles a virus respiratorios, como vimos con la Gripe A", indicó Balaña.

Respecto a los recién nacidos: "Hasta ahora, ninguno de los bebés que tenemos en estudio desarrolló una malformación, complicación o problemas de salud graves, ni los positivos ni los no positivos".
En coincidencia con la funcionaria, Cohen informó que la Universidad de Chicago publicó hace algunas semanas "los resultados de 16 placentas de mujeres infectadas con COVID-19 que dieron a luz" y que ese trabajo arrojó como resultado que las placentas "mostraban signos de insuficiencia vascular placentaria, con rasgos vinculados a preeclampsia".

La médica argentina añadió que "ello significa que tal vez el coronavirus puede afectar los embarazos produciendo una mayor incidencia de preeclampsia" y contó que se pueden producir "embarazos prematuros, bebés de bajo peso o muerte fetal".

Manifestó que "la infección fue responsable del parto prematuro en algunos casos" y expuso que "la mortalidad materna por COVID-19 se estima en 1 de cada 18.000 embarazadas".

Cohen también graficó que, de 33 niños nacidos positivos en la ciudad china de Wuhan, donde surgió el nuevo coronavirus, "únicamente tres tuvieron síntomas y sólo uno fue serio, posiblemente vinculado al nacer prematuro y con asfixia de parto. Eso confirma que el pronóstico de los bebés que nacen es bueno, aunque algunos embarazos se perderían por no llegar a término".

Maternidad centinela
"No todos los bebés con la enfermedad son de mamás infectadas. Algunos de los recién nacidos positivos que estamos monitoreando, 18 en total, no son de madres positivas porque las posibilidades de contagio pueden ser otras. 

Estos aspectos se estudian en una maternidad centinela".
Señaló Balaña, titular de Equidad de Género y Salud de la cartera sanitaria bonaerense.

Se trata de un proyecto diseñado entre las áreas de epidemiología de los Ministerios de Salud de Nación y Provincia de Buenos Aires para implementar un protocolo específico en hospitales y centros de salud del país. A través de ello, los equipos de salud podrán monitorear y estudiar a todas las embarazadas, así como a los recién nacidos, al estar expuestos a la situación de contagio.

En la actualidad, los equipos de salud perinatal llevan a cabo un seguimiento telefónico en 384 mujeres embarazadas infectadas y así dejan asentado si surgen problemas durante la gestación o al término del embarazo.
Además, monitorean si aparece alguna enfermedad provocada por el COVID-19.
"También hacemos el seguimiento con otro equipo -que ya funcionaba en el Ministerio, así como en los hospitales- de los recién nacidos positivos y no positivos, no sólo por la transmisión vertical, sino por estar expuesto a la enfermedad durante el embarazo, el desarrollo posterior de la infección, o si tiene algún efecto en su salud en su primer año de vida".
Indicó.

Un protocolo que garantice el parto respetado

En abril, el equipo perinatal del Ministerio de Salud bonaerense aprobó un protocolo de "recomendaciones para la atención de embarazadas y recién nacidos en contexto de pandemia". La propuesta, explicó Balaña, es brindar información a los equipos de salud para prevenir el contagio y sobre las prácticas que conviene sostener durante el parto y nacimiento.
Algunas de ellas son cumplir con el acompañamiento en el parto, la internación conjunta de la mamá y el bebé, y posibilitar la lactancia, ya que "no aumenta el riesgo de contagio y es muy importante para la salud del bebé ese primer contacto, siempre con las medidas de bioseguridad".
Remarcó la funcionaria.

Para Balaña, este protocolo "garantiza la implementación del parto respetado".
"Muchas veces los equipos de salud, frente a la prevención del riesgo y la seguridad del paciente, se excluyen algunas garantías de los derechos de las mujeres".
Señaló.

Así coincide Julieta Saulo, fundadora de Las Casildas, una sociedad civil feminista que busca difundir y visibilizar la violencia obstétrica, derechos sexuales y reproductivos, entre otras cuestiones de género:
“El contexto de pandemia y el posterior aislamiento social, preventivo y obligatorio recrudeció la violencia obstétrica y la vulneración sistemática de derechos que padecemos la gran mayoría de las mujeres en la gestación, parto y nacimiento de nuestros hijos e hijas", aunque remarcó que "no ocurre en todos los casos, porque hay profesionales e instituciones que trabajan muy bien la Ley 25.929 de Parto Respetado".
Según las encuestas realizadas por Las Casildas, al 76% de las mujeres embarazadas les cancelaron algún turno de atención médica y el 59% no recibió alternativa para realizar el seguimiento. Además, reportaron que el 49% de los nacimientos fueron inducidos y el 50% terminaron en cesáreas.

A esto suman denuncias sobre la imposibilidad de estar acompañadas, tanto dentro de los estudios de rutina e incluso en los partos; la obligación de llevar el resultado del hisopado negativo para atenderse; pagar el acompañamiento en el parto o internación; la separación de mamá y bebé; y la imposibilidad de darles la teta.
"En muchos casos, se están llevando a cabo medidas y protocolos que nada tienen que ver con lo que marcan la Organización Mundial de la Salud, el Ministerio de Salud de la Nación o la Provincia. Ante situaciones como éstas, recomendamos a las mujeres que recurran a la Línea 144 y elevar una denuncia a la Defensoría del Pueblo de la Nación. Tenemos que hacer valer nuestros derechos, tanto en contexto de normalidad y de pandemia".
Aseguró Saulo.


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