El domingo por la noche el gobierno italiano instauró una zona roja de aislamiento por los contagios en el norte de ese país pero en la tarde del lunes esto se extendió a toda la nación.
Según relató vera a CNM el canal norteamericano CNN filtró la información el sábado y eso llevó a que decenas de personas fueran a estaciones de trenes o de colectivos para abordar el primero que los sacara hacia el centro o sur. “Fue para peor porque cuando llegaban a destino los estaban esperando con la policía para notificarlos que debían aislarse y ya se había diversificado por muchas provincias”, aseveró.
El día a día y el avance del Coronavirus llevó a que el 80% de los turistas cancelaran sus visitas a Milán, Venecia y Florencia. Es porque saben que si entran será difícil salir. La zona más productiva de Italia y con mayor instalación de compañías luce con gente en las calles con barbijos, pocas motos y autos, sin embotellamientos y con colectivos vacíos.
Sólo se permite salir para ir al supermercado o a trabajar pero con un permiso especial y en soledad. Sus hijas Giuliana y Gaia estudian en casa desde la semana pasada a través de plataformas con conexión a internet.
Los supermercados están abarrotados de alimentos pero los clientes entran y se llevan todo lo que pueden porque no saben cuándo podrán regresar. Esto lleva a los repositores a tener carros cargados con cajas cerradas y al ver que se reduce el stock vuelven a llenar las góndolas.
La harina es el bien más preciado. “Todos la compran desesperados porque con eso hacen pan casero, pastas y pizzas. El alcohol en gel casi no se consigue en ningún lado y los barbijos han aumentado más de un 500%. Los que cerraron son los supermercados chinos que eran los más próximos a la casa de cualquiera y debieron hacerlo porque sufrían ataques", relató.
En el banco también se desata una locura: todos deben estar separados por al menos un metro con quien lo antecede o precede en la fila. Sin embargo nadie lo respeta por la desesperación de conseguir dinero en efectivo.
Tomar una autopista para escapar sonaría lógico, pero Vanesa Vera comenta que un retén te detiene a los pocos kilómetros y te advierte de que tenés que regresar porque sinó te cobran una multa de 200 euros. Sólo pueden transitar los camiones que transportan comida.
Los restaurante podían abrir si aseguraban salubridad y mesas alejadas unas de otras pero ahora lucen cerrados, al igual que cines, bares o discotecas.




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