Las casas se construyeron desde 2001 con un plan bonaerense que se extendió en el tiempo por unos 6 años e incluyó las intendencias de Juan Knesevich y Adrián Mircovich.
LAGAR se llamó la constructora y se menciona a un arquitecto local como responsable de la compañía a la que los vecinos ya denominan como "LAGARCHA", por la calidad de las unidades entregadas.
Lo publicado por el municipio.
Fue elaborado por Obras Públicas, presentado al intendente y girado al Instituto de la Vivienda. Buscarán alternativas para alcanzar soluciones.
Falta de controles, inspecciones y certificaciones es lo que llevó a que los constructores cometieran severos errores a la hora de levantar cada uno de los hogares del barrio que hoy lucen con grietas en las paredes, ventanas desempotradas, humedad, problemas en las cargas o en los cimientos. Esto se desprende del informe técnico que realizó Obras Públicas a pedido del Intendente Municipal Esteban Santoro para que se ratificara la queja de los vecinos.
El análisis fue elevado hace días al Instituto de la Vivienda de Buenos Aires para buscar alternativas y soluciones duraderas que permitan mejorar la calidad de vida de los beneficiarios que siempre soñaron con una casa para toda la vida pero no han llegado a disfrutarla más de 13 años.
Contexto histórico y problemas de larga data
En el año 2000 se iniciaron se iniciaron las gestiones para la construcción de 80 viviendas de interés social, considerando que los lotes eran de los vecinos que habían sido adjudicados años anteriores, a través del Plan Familia Propietaria (1997), para obtener lotes baldíos para la construcción de su vivienda, formando así un nuevo barrio denominado Ramón Carrillo.
La posibilidad de efectuar la obra surgió por la cesión de terrenos que hizo cada vecino en favor del Instituto de la Vivienda de la Provincia de Buenos Aires y de este último en aceptar la cesión y disponer el dinero necesario para su ejecución de la obra (Plan Provincial Bonaerense II), con un crédito social que asume cada vecino y a recobrar a través de cuotas mensuales, iguales y consecutivas.

Al pasar el tiempo, se comenzaron a evidenciar distintos vicios de construcción, como techos infectados por el Bicho Taladro, humedad en distintas partes de la obra, grietas en paredes, desprendimientos de revoques, asentamiento de cimientos, filtración en encuentro de techos sin cargas, hundimiento de veredas exteriores, deterioro de aberturas con grado avanzado de óxido y puertas sin umbrales, como así la existencias de otras aberturas separadas y desprendidas de los muros que las contienen.




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