El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria
(Senasa) confirmó un caso de influenza aviar de alta patogenicidad (IAAP) en un
predio de aves de traspatio en el partido de Lezama, provincia de Buenos Aires,
luego de realizar los análisis correspondientes a muestras de gallinas, pavos y
faisanes.
El organismo sanitario informó que tras recibir la
notificación de mortalidad de las aves, personal del Centro Regional Buenos
Aires Sur realizó la toma de muestras, que luego fueron analizadas por el
Laboratorio Nacional del organismo, donde fue ratificada la presencia del
virus.
Desde el Senasa destacaron que la presencia de esta
enfermedad en aves de traspatio no afecta el estatus sanitario del país ni
condiciona las actividades comerciales de mercancías aviares.
Sin embargo, para evitar la propagación del virus, el
organismo nacional puso en marcha el protocolo sanitario establecido, que
implicó la intervención en el predio afectado, el despoblamiento y disposición
final, con la aplicación posterior de medidas de higiene y desinfección del
lugar.
Además, estableció el área de prevención de 10 km alrededor
del brote, a los fines de efectuar la vigilancia epidemiológica de la zona
delimitada.
Ante esta detección de la gripe aviar, el Senasa emitió una
serie de recomendaciones a todos los establecimientos avícolas, con el fin de
reforzar sus medidas de manejo, higiene y bioseguridad. Entre éstas se
destacan: inspeccionar periódicamente de la integridad de las mallas
antipájaros; verificar la correcta limpieza y desinfección de vehículos e insumos;
intensificar la limpieza en zonas de acumulación de materia fecal de aves
silvestres; y reducir o eliminar las zonas con agua estancada que puedan atraer
otras aves.
Para quienes cuenten con aves de traspatio, es importante
mantenerlas en espacios protegidos, para evitar un eventual contacto con aves
silvestres (principales transmisores del virus); limpiar y desinfectar
periódicamente los gallineros; utilizar ropa y calzado exclusivo para la
manipulación de las aves y restringir el acceso de aves silvestres a fuentes de
agua y comida de los gallineros.
En caso de observar mortandades en aves o signos clínicos
compatibles con la enfermedad, es fundamental dar aviso al Senasa para su
respuesta inmediata y atención de la sospecha.




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