Hubo escenas de furia y paranoia durante toda la semana en la intimidad del poder. El domingo, Santiago Caputo pasó varias horas en la Quinta de Olivos con el Presidente elaborando una estrategia de respuesta a su insólita difusión de una moneda cripto que resultó una estafa para quienes confiaron e invirtieron. El lunes a la noche era difícil calmar al Presidente. Ya había dado la entrevista a Joni Viale y la polémica alrededor de la intervención de Caputo en medio de la nota diversificaba un escándalo fuera de control. También potenciaba las convicciones en las que suele ingresar su mente sobre conspiraciones en su contra.
En ese momento, lo acompañaba en el chalet presidencial
Iñaki Gutiérrez, el influencer libertario que manejaba el TikTok de Milei y que
fue eyectado de la Casa Rosada cuando usó la cuenta oficial de Presidencia para
mandar sus saludos personales de fin de año en 2023. Su cercanía personal se
mantiene intacta.
La realidad solo se aceleró desde entonces. Sería infinito
enumerar la cantidad de estrategias de salida que intentó el “triángulo de
hierro” para dominar la crisis y que fueron deglutidas por noticias nuevas, más
comprometedoras. Para contabilizar solo algunas: apelar a la Oficina Anticorrupción
—que depende del Ministerio de Justicia—; mirar con extrema atención la salud
del Papa; garantizarse la sesión de ayer del Senado, donde siempre estuvo la
expectativa de aprobar a Lijo y suspender las PASO (nunca de promover Ficha
Limpia); bajar mensajes como nunca antes a la tropa oficialista sobre qué decir
y con quién hablar o no hablar. Y la más evidente: poner a Santiago Caputo en
el centro de la escena como el único fusible de volumen político para correr la
atención sobre el Presidente y su hermana.
De todas las revelaciones del escándalo de las cripto, es
posible que todavía no se pueda mensurar lo suficiente si esta concentración
del poder en tres personas es una figura geométrica que tocó un límite.
“Retroceder nunca”, repetían como un mantra en el primer piso de la Casa
Rosada, un lugar que tuvo sus luces encendidas hasta la medianoche casi todos
los días de esta semana. Recién ayer, a las 22, cuando el asesor se subía a un
avión con destino a Washington, con las PASO suspendidas y la Comisión
Investigadora del Senado desactivada, algo del tiempo se detuvo. Es posible que
sea una ilusión.
Se activa la causa penal
El fiscal Eduardo Taiano, firmó una serie de medidas para
investigar la posible estafa producida a partir de la creación de la cripto
Libra. El fiscal estaba en Costa Rica a punto de disertar en un Congreso sobre
justicia universal cuando le avisaron desde Buenos Aires que le tocaría
encabezar la primera investigación seria contra esta cúpula del poder. Llegó el
jueves al país y quedó a cargo de la causa después de que la jueza Servini
dispusiera delegarla.
Esto significa varias cosas en concreto, pueden sonar
técnicas, pero son relevantes: la primera, que Taiano será el encargado de la
investigación (y no el juzgado); y la segunda, que por esa misma razón no
tendrá que escribir lo que se llama requerimiento de investigación, un dictamen
donde la fiscalía impulsa la apertura de la causa y define posibles imputados,
califica los delitos posibles y describe los hechos sospechados en detalle.
Hubiese sido una noticia explosiva imputar a un Presidente. Ya le ha tocado al
mismo Taiano hacerlo en gestiones anteriores. Por ahora, no pasará.
De todos modos, la causa ya empezó. Las incipientes medidas
que tomó ayer son sólo el inicio de la investigación: la reconstrucción de la
creación de Libra, declaraciones testimoniales, documentación sobre sus
propietarios. Son todas preguntas con respuestas preocupantes para el Gobierno.
Existen fiscalías especializadas en el Ministerio Público Fiscal que estos días
compartían información sobre el entramado por canales informales.
Ayer, fueron convocadas para intervenir pero a lo largo de
esta semana accedieron a todas las bases que permiten identificar el camino de
la creación de esta moneda. Y hay varias certezas: el inicio de esta operación
fue inyectando dinero a través de Fixed Float, una exchange -intermediaria-
registrada en Islandia que es conocida por su opaco registro de la identidad de
sus propietarios y de las personas que operan a través de ellos. En ese
micromundo techie, se usa mucho la palabra “ofuscar” para graficar las
herramientas que buscan ocultar el origen del dinero invertido. “Está todo
ofuscado”, se leyó en varios chats de especialistas hablando sobre Libra.
¿Dónde está Hayden Davis?
El eslabón central de esa intriga es Hayden Davis, el chico
extravagante que vio al Presidente en una audiencia privada en enero y que está
detrás de la constitución de Libra. Un chat de él de diciembre del año pasado
—donde decía que daba dinero a Karina Milei para intervenir sobre las
promociones del Presidente—, publicado por el sitio más prestigioso del mundo
en información cripto, fue sin dudas la noticia que más perturbó a la
Secretaría General de la Presidencia.
El seguimiento de cada uno de estos vínculos parece llevar a
más problemas en el Gobierno. Se sabe que una de las claves es el Tech Forum,
donde el Presidente disertó dos horas en octubre pasado en un encuentro
organizado por Mauricio Novelli y Manuel Terrones Godoy, excontratistas de
Milei en su escuela de finanzas.
Operativo control de daños
Tech Forum tiene anunciada su segunda parte en abril. Es
curioso cómo desaparecieron Manuel Adorni y todos los speakers, además de los
sponsors, de la página web. Solo prevalecen Argentina.gob.ar y el gobierno
porteño. Raro. El portavoz negó en una entrevista televisiva haber aceptado esa
participación alguna vez.
El problema está en Estados Unidos. Es una incógnita cómo
tramitará la causa penal, no sólo por el timing de Comodoro Py, sino porque
pone a prueba algo más elemental: el conocimiento y las herramientas que tienen
para perseguir estas nuevas maniobras de estafas de altísima complejidad
tecnológica.
En Estados Unidos, cada eslabón de estas maniobras tiene una
calificación penal con penas altísimas. En Argentina apenas tienen a mano el
artículo 173 por defraudación y podrían intentar usar el artículo 300, pensado
para quienes hiciesen alzar o bajar el precio de las mercaderías por medio de
noticias falsas. Sería un uso forzado.
.gif)


Redes