Esta mañana CNM anticipaba un allanamiento y dos detenciones en la Subdelegación Pinamar de la PFA por ilícitos cometidos en ese partido. Uno de ellos el asalto a la perfumería Collins del pasado 31 de octubre en donde las empleadas y clientes fueron privados de la libertad y encerrados en una sala mientras dos ladrones con réplicas intentaban alzarse con una fuerte suma de dinero.
Fueron atrapados a la salida del local de la calle Shaw 69 porque una empleada estaba en el baño y dio aviso al 911 del asalto. Así cayeron Mario Esteban Hernández y Brian Alfredo Oscar dos ladrones de origen chileno mientras que un tercero escapó.
Del teléfono de Hernández se desprende casi toda la investigación que llevó a desentrañar un presunto armado criminal en donde policías marcaban objetivos para que criminales lleguen a la costa a perpetrar robos o hurtos.
En el celular del ladrón había datos certeros, fechas, cantidad de empleados y movimientos del comercio. También el nombre que tenían que mencionar al entrar: Tony quién es el reconocido comerciante propietario del sitio. Frases como “llevanos a las cajas” despertaron la atención del fiscal Walter Mercuri que lleva adelante el caso.
El emisor de la información era un reconocido federal que hace años reviste en Pinamar y es conocido por la sociedad. Pero más allá de ser el probable entregador había consultas para ejecutar otros ilícitos que ahora están en examen.
Por ejemplo, se descubrió el hurto agravado a una mujer que realiza tareas administrativas en la PFA. Semanas atrás un ladrón entró a su casa, se llevó pertenencias y dinero y escapó. No dañó ninguna abertura y ahora, se sabe, es porque los ladrones tenían la llave de la casa.
En este segmento de la historia ingresa el segundo policía detenido este jueves. El hombre -que no fue identificado por los investigadores porque aún recaban datos sobre el- era amigo de la víctima. Una tarde, en la vivienda hurtada, propuso ir a comprar facturas a una panadería cercana. Tardó una hora en regresar y ahora se sabe que es porque fue a una cerrajería y pidió una copia de la llave de acceso a ese domicilio. Todo esto puso ser cotejado con imágenes de video municipales y privadas que recolectó en este mes la fiscalía 5.
Esa llave pasó a poder del otro uniformado que está involucrado en el robo a Collins y fue quien se dedicó a buscar la “mano de obra” para entrar al domicilio de su compañera y le propuso “el trabajo” a Hernández.
El abogado de la perfumería Martín Porretti anticipó que la investigación no se cerró y que, seguramente, hay más gente involucrada. “Hay elementos que no se pueden contar pero hay una trama muy fea porque son personas que nos debían cuidar y que encima los conocemos”, dijo al hablar con radio Power.
GENERAL JUAN MADARIAGA El Tiempo
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