El fracaso de la sesión en la Cámara de Diputados donde iba a debatirse el proyecto de ficha limpia precipitó la crisis entre Mauricio Macri, jefe de Pro, y el gobierno de Javier Milei. Y el nivel de agresividad que adquirió el conflicto en el Congreso entre La Libertad Avanza y sus aliados naturales podría trasladarse al terreno electoral en 2025.
Dado que la tensión con el círculo íntimo del Presidente no
desaparece, Macri y sus laderos se preparan para competir en los próximos comicios
con su propia escudería. Es decir, ya trabajan con la hipótesis de que no
llegarán a un acuerdo con Milei para converger y apuestan a rescatar los restos
del extinto Juntos por el Cambio -evalúan “reeditar” el espacio con radicales
“halcones” y peronistas afines a la cosmovisión de Macri- para presentar una
alternativa de derecha republicana en las legislativas de 2025. ¿Una estrategia
para romper con Milei o para tensar la cuerda con el fin de obtener lugares en
las listas?
En la mesa chica del jefe de Pro argumentan que perciben una
obstinada renuencia a alcanzar un entendimiento electoral por parte de las dos
personas más influyentes en el entorno del Presidente: el asesor Santiago
Caputo y Karina Milei, secretaria general de la presidencia y dueña de las
llaves del partido del oficialismo. “Lo natural era que haya una convergencia,
pero pareciera que no se puede. Karina y Santiago tienen otra idea y eso debe
tener más peso que el deseo del propio Milei. Nosotros ya trabajamos con un
escenario de no acuerdo”, advierte uno de los colaboradores de confianza de
Macri, tras la crisis por ficha limpia.
Si bien en la cúpula de Pro se respira una atmósfera
frustración, evitan hablar de una ruptura definitiva con Milei. No quieren por
ahora que el duelo entre el Presidente y el jefe de Pro se haga explícito. En
el pelotón de Macri admiten sus flaquezas por la reconfiguración del mapa electoral.
Es que reconocen que los libertarios los desplazaron en la representación de
sectores medios del espectro del anti-kirchnerismo. No obstante, apuestan a
consolidar su estructura para sobrevivir en 2025. Se conforman con retener a
los feligreses de Pro que no simpatizan con el sesgo autoritario de la gestión
de Milei. De hecho, interpretan que la pelea por la ficha limpia con LLA les
permitió resaltar sus diferencias con la orientación del Gobierno en materia
institucional. Asumen que hallaron una oportunidad para reconstruir la
identidad de Pro. “Estamos aliviados con la idea de que no vamos a ir juntos”,
apunta un lugarteniente de Macri.
Otras figuras de Pro conviven con otras sensaciones. Lucen
paralizados por la incertidumbre y tensionados por su compleja ubicación en el
tablero político. Asumen que se enfrentan a un desafío mayúsculo, ya que Milei
ostenta el cetro. E ir solos, cavilan, sería un salto al vacío. Por esa razón,
obran con sigilo para tender puentes y conciliar posiciones con LLA sin romper
con Macri.
En ese contexto incierto, Jorge Triaca, Guillermo Dietrich,
Fernando de Andreis, Humberto Schiavonni, Facundo Pérez Carletti, Darío Nieto,
Francisco Quintana y Sebastián García de Luca, entre otros, tejen para
consolidar el aparato nacional de Pro. Por un lado, proyectan que, si no
llegaran a un pacto con Milei para aunar fuerzas en las urnas, la estrategia de
Pro dependerá del armado en cada distrito. Por ejemplo, piensan reeditar JxC en
la Ciudad, donde Jorge Macri preserva los lazos con la UCR de Daniel Angelici
-la convivencia con Martín Lousteau y Emiliano Yacobitti atraviesa una fase
terminal-, la Coalición Cívica o Confianza Pública, de Graciela Ocaña.
Consideran que en Santa Fe, donde gobierna Maximiliano Pullaro, cuya vice es
Gisela Scaglia, de Pro, o las provincias donde gestionan aliados como Rogelio
Frigerio (Entre Ríos) e Ignacio Torres (Chubut) sería más sencillo preservar
los lazos con la UCR. En Tierra del Fuego, Neuquén o Río Negro, en tanto, el
esquema sería distinto. “Haya o no acuerdo, necesitamos un Pro fuerte, con una
posición clara anti-kirchnerista”, señalan la cima de Pro.
Alrededor de Macri relativizan las mediciones de encuestas
que señalen que la marca Pro ya no supera el 5 o 7% a nivel nacional. Estiman
que, si van con su propio vehículo electoral, podrían sacar un 30% en la
Capital, bastión del macrismo, y un 15% en Buenos Aires, en caso de que lleven
a un candidato competitivo como Diego Santilli. Un escenario similar, afirman
allegados a Macri, se proyecta en Córdoba, donde Milei ostenta un alto nivel de
popularidad. “Se van a elegir personas, no partidos y nosotros podemos tener
buenos candidatos”, se jactan cerca de Macri. Es más: los consejeros del
exmandatario especulan con que la eliminación de las PASO, una idea promovida
por la Casa Rosada, no los complicaría en un hipotético caso de que no haya acuerdo
con Milei. Al contrario, creen que podría beneficiarlos. En los bloques de Pro
no hay una postura unificada sobre el plan para derogar las primarias.
Entre tanto, los armadores libertarios apañados por los
Milei se envalentonan porque intuyen que construyen su aparato electoral en el
ocaso del macrismo. Por lo tanto, apuestan a colonizar el territorio de la
Capital y conquistar Buenos Aires en 2025. Confían en que Milei ya sedujo a los
simpatizantes de Macri y se quedó con la base electoral de Pro. Están
convencidos de que los votantes le darán la espalda al expresidente en los
distritos más poblados en caso de que el gobierno llegue fortificado al test
electoral y logre sostener los resultados de su política de shock fiscal para
bajar la inflación. A su vez, porfían en que, así como lograron sumar a las
tropas de Patricia Bullrich y de Diego Valenzuela en Buenos Aires, podrán
capturar y alinear más dirigentes de Pro con poder de fuego en el territorio,
como Santilli. Se sentirán atraídos por el nuevo mando, aducen. “Diego es
inteligente. No se va a ir de Pro sin acuerdo”, deslizan cerca de Macri. Esa
eventual incorporación sería un golpe letal a las ambiciones del jefe de Pro.
A Macri lo escucharon plantear en las últimas semanas que
aspira a renovar un 70% de los cargos que renueva su partido. Así, se jacta, su
partido seguirá teniendo un rol gravitante en Diputados. Para decirlo de otro
modo: Milei tendrá que seguir negociando con él para asegurar la gobernabilidad
por más que arrase en los comicios e incremente su músculo legislativo con
leales.
Semanas atrás, Miguel Ángel Pichetto le recomendó a Macri
que abandone la actitud defensiva y se plante como postulante a senador en la
Capital para contener la avanzada libertaria en su base de poder. No obstante,
el jefe de Pro insiste en que no aspira a ninguna candidatura. “Ellos viene por
todo, quieren el poder en la Ciudad. Tenemos que estar todos en la cancha”,
dicen en la cúpula porteña. Por caso, Jorge Macri contempla la chance de
desdoblar los comicios para desactivar la ofensiva libertaria. “Recién lo
empezamos a estudiar, no hay nada definido”, remarcan.
GENERAL JUAN MADARIAGA El Tiempo
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