La provincia de Buenos Aires aprobó una importante reforma en el régimen académico de la secundaria, que es la forma en que se organiza la enseñanza en las escuelas.
La novedad más importante es que se elimina la cursada por
año y se pasa a un formato de acreditación por materias. Y que las asignaturas
que fueron aprobados durante un año no deberán ser recursadas al año siguiente.
De esta manera, se termina con la repitencia en la forma
tradicional, es decir, aquella que obliga al estudiante a recursar todo un año
de estudio (todas las materias) por haberse llevado más de dos. La “repitencia”
sigue existiendo, pero solo para las materias no aprobadas.
Entre las asignaturas que no se aprobaron durante un ciclo
lectivo, habrá hasta cuatro en las que los alumnos podrán pasar a un
"período de intensificación". Son cursos acelerados que se darán en
diciembre y/o febrero / marzo.
Si el alumno tienen más de cuatro materias
"previas", las otras deberán ser recursadas. Por ejemplo, si se llevó
6 materias, 4 pasan a intensificación y 2 deberán recursarse.
El desafío de la organización
Ahora, ¿cómo se recursan las materias que no fueron
aprobadas? Ese será el principal desafío que deberá enfrentar cada una de las
escuelas. Porque habrá alumnos que, por ejemplo, estén cursando seis materias
de un año y dos del año anterior. ¿A dónde van en cada hora?
La resolución, aprobada este jueves, establece diversos
modelos, que cada dirección de la escuela deberá adoptar, según sus
circunstancias. Con el aval de la Jefatura Distrital.
Por ejemplo, el alumno que debe cursar una materia del año
anterior podrá ir en esa hora al curso de los estudiantes que tienen un año
menos de edad. Otra posibilidad es que sigan cursando en el mismo curso, y el
profesor tenga que darle un contenido especifico a los estudiantes que han
reprobado. O, aquellas escuelas que puedan, podrán abrir cursos a contraturno,
para los estudiantes que recursan.
Eso sí, el alumnos deberá estar dentro de la escuela durante
toda la jornada escolar.
Habrá un sistema de “correlativas”: el alumno no podrá
cursar una materia que obliga a tener una instancia previa de acreditación. Por
ejemplo, no podrá cursar Matemática en segundo año si no aprueba Matemática en
primero.
Con más acuerdo
El nuevo formato, que arrancará en el ciclo lectivo 2025, es
similar al que siguen los estudiantes universitarios. El objetivo, en última
instancia, es evitar que los alumnos con problemas educativos se desalienten y
terminen abandonando los estudios, como suele ocurrir ahora.
El nuevo esquema es similar, aunque con diferencias, al que
había propuesto el director general de escuelas Alberto Sileoni en febrero del
año pasado y que, por las fuertes críticas debió dar marcha atrás.
A diferencia de aquel proyecto de reforma, el nuevo formato
llega esta vez con el consenso de todos los integrantes del Consejo General de
Educación, inclusive los de la oposición.
Diego Martínez, consejero por el radicalismo, le explicó a
Clarín que desde el oficialismo provincial atendieron muchas de las propuestas
hechas por ellos. Por ejemplo, que las notas (al finalizar los cuatrimestres)
vuelvan a ser numéricas y no conceptuales como se había adoptado durante la
pandemia.
Las materias serán cuatrimestrales y, para aprobar, los
alumnos deben tener una nota de 7 a 10 en cada uno de los cuatrimestres. Si no
lo consigue deberá intensificar solo el cuatrimestre en el que no logró los
objetivos. Con más de 4 obtendrá la acreditación de la materia.
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