El partido más importante del fútbol argentino volverá a
tener a los dos hinchadas en un estadio después de 6 años. Los fanáticos de
River y de Boca compartirán las tribunas en el Kempes de Córdoba, algo que dejó
de ser común, por la prohibición que rige de los visitantes desde hace más de
una década y porque desde 2018 a la actualidad no se habían enfrentado en el
Interior o exterior del país.
“¡¡¡Vamos Boca!!!”, gritan algunos cuando ven una camiseta
azul y amarilla por las calles céntricas de Córdoba. “¡¡¡Aguante River!!!”,
devuelven los que llevan la banda roja en el pecho.
La efervescencia del Superclásico se empezó a sentir en la
noche del sábado, ya con la llegada de muchos hinchas de River y de Boca. Y en
el centro de la ciudad, a pasos del Patio Olmos, se armó el duelo de hinchadas
a puro canto.
"Bostero soy y Boca esa es la alegría de mi corazón,
daría la vida por ser campeón", entonaban los hinchas Xeneizes como si
estuvieran en la Bombonera. Y seguían: "A pesar de los gases, los palos
recibidos, siempre estaré a tu lado Boca Juniors querido". Y se sumaban
los bocinazos de los autos.
Del otro lado, los de River respondían con un canto que
apuntaba directamente a su eterno rival. "La gente se pregunta, ¿qué pasó
con Boca? ¿Qué paso con Boca que no existe más? Ahora yo te cuento, lo que pasó
con Boca, que perdió la Copa, se murió en Europa y no existe más"...,
entonaban los riverplatenses como si estuvieran en las adyacencias de Udaondo y
Figueroa Alcorta.
Pero no. No estaban en Buenos Aires. El Superclásico se mudó
a La Docta. Y la última vez que las dos hinchadas compartieron ciudad y estadio
en el país sucedió el 14 de marzo de 2018 cuando River le ganó la Supercopa
Argentina a Boca en Mendoza. Y fuera de la Argentina, en la final de la Copa
Libertadores en Madrid, el 9 de diciembre de ese año, cuando el Millonario
venció 3-1 al Xeneize.
“Me genera una gran expectativa que las dos hinchadas estén
en el estadio, vamos a ganarle el Superclásico ahí también”, augura Federico,
un cordobés integrante de la filial de River en esta provincia que estuvo en el
recibimiento al equipo de Núñez. “Que termine todo como la última vez que
compartimos cancha, en Madrid, je”, desea Rodrigo, quien se hizo unos pocos
kilómetros desde Río Cuarto para ver de cerca a sus ídolos. "Estoy
emocionada con tener el Superclásico en nuestra ciudad y voy a estar en la tribuna
dejando todo para alentar más que los bosteros", afirma Victoria, porteña
de nacimiento, cordobesa de corazón y por adopción, que también forma parte de
la filial "Córdoba junto a River".
Del otro lado, también hay una adrenalina extra por tener
enfrente a los hinchas del rival. “Les vamos a demostrar una vez más lo que es
una fiesta en la tribuna”, tira Martín, que llegó desde Buenos Aires
embanderado en azul y amarillo. Y su amigo Fernando redobla: “Nos vamos a hacer
escuchar más. Y ojalá terminemos festejando un triunfo”. Y Lucas, que llegó
desde Villa Luzuriaga, se siente confiado: "Va a ser una fiesta la tribuna
de Boca y vamos a pasar. Si no es en los 90 minutos, será en los penales, pero
pasamos".
Para los hinchas, seguramente será especial que estén ambas
hinchadas en el Kempes. Si se va más atrás el tiempo, se recuerda que los
últimos Superclásicos con ambas parcialidades en la Bombonera y en el
Monumental, fueron en el 1-1 del Final 2013 y en el 2-2 (el día que la hinchada
de River elevó un chancho de cotillón hasta la Centenario Alta, donde estaban
los simpatizantes de Boca) del Inicial 2012.
Hasta ese momento, era habitual ver a hinchas de ambos
equipos no solo en las gradas de sus estadios, sino también por el Interior del
país, cuando se jugaban los amistosos de verano, ya sea en Mar del Plata,
Mendoza o Córdoba, tal como reflejó el presidente de Boca Juan Román Riquelme
en la conferencia de prensa que dieron dirigentes y jugadores de ambos clubes
el viernes al mediodía en el predio de la AFA en Ezeiza.
Y es más: cuando se jugaban los clásicos oficiales, ya sea
en Núñez o en La Boca, los visitantes tenían una gran presencia. A Boca le
daban toda la tribuna Centenario (la popular, en lo más alto y las plateas
bajas) y a River dos bandejas (alta y la del medio) de la tribuna que da al
Riachuelo.
Sin embargo, esto se modificó a partir de 2005, cuando el ex
presidente de Boca Mauricio Macri decidió darle solo la bandeja a los hinchas
de River para garantizar más lugares para los socios xeneizes (y también
buscaba que haya menos visitantes en el fútbol argentino) y la dirigencia
millonaria, encabezada por José María Aguilar, adoptó la misma postura y empezó
a darle un corralito de la Centenario a los hinchas de Boca, para que los de
River ocuparan también gran parte de esa tribuna.
En la actualidad, sigue sin haber visitantes pero la
posibilidad de que se den estos cruces en terreno neutral en la Copa de la Liga
da la posibilidad de que vuelvan a cruzarse en un estadio, algo que no pudo
suceder en 2021 por la pandemia del coronavirus. De todos modos, el reglamento
era diferente y en cuartos de final hubiese habido solo público de Boca, ya que
antes el primer mano a mano de este certamen se jugaba en la cancha del mejor
clasificado y en ese caso fue el equipo de Miguel Russo, por lo que se jugó en
la Bombonera.
Por la pandemia, tampoco los hinchas pudieron verse las
caras en los octavos de final de la Copa Argentina cuando se cruzaron en el
Ciudad de La Plata. Ambos encuentros terminaron empatados y Boca avanzó al
ganar en los penales.
Y tampoco hubo posibilidades de que entre la final de Madrid
y la pandemia pudieran estar de tribuna a tribuna en algún amistoso de verano
ya que, misteriosamente, tras el choque en el Bernabéu, se dejaron de jugar
esos partidos.
Seis años después, ahora sí, hinchas de River y de Boca
vuelven a estar en el mismo estadio. La presencia del rojo y blanco y el azul y
amarillo al mismo tiempo en las tribunas será otro de los condimentos que tiene
este encuentro especial, el cual dejará a uno en el camino y el otro avanzará
en la Copa de la Liga. Se dará ese ida y vuelta de las tribunas, con los
cantitos de un lado y otro.
“Tomala vos, damela a mí, el que no salta, murió Madrid”, se
entonará de un lado. “Y ya lo ve, y ya lo ve, el que no salta se fue a la B”,
devolverán del otro lado. Y así podrá palpitarse el típico folklore del fútbol
argentino, bien entendido. Que la pasión no se confunda con violencia. Para que
haya muchos más River-Boca, con ambas hinchadas en el estadio.
GENERAL JUAN MADARIAGA El Tiempo
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