En el barrio Quintanilla, sobre Calle 37, un vecino se cruzó con un hombre que le hizo una oferta: venderle una garrafa de “oportunidad” que tenía en algún sitio cercano pero que no le mostró. Era de 10 kilos y fue insistente en el ofrecimiento pero no se concretó el negocio porque, quien terminó siendo denunciante, ya tenía una en su casa y con carga.
A los pocos minutos accedió a su domicilio y se dio cuenta
que alguien había entrado por un ventiluz, no había desorden pero se dio cuenta
que en la cocina faltaba su garrafa de 10 kilos por lo que se dirigió a la
comisaría para dejar constancia del hurto.
GENERAL JUAN MADARIAGA El Tiempo
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