Jey Mammon brindó una profunda entrevista con Jorge Rial
tras la denuncia en su contra por supuesto abuso sexual que hizo Lucas
Benvenuto. El músico y conductor se había expresado primero a través de un
comunicado y luego en un video que publicó en sus redes sociales. “No violé, no
abusé y no drogué a nadie”, había asegurado en la grabación de siete minutos.
El mano a mano entre Rial y Juan Martín Rago -tal su
verdadero nombre- se grabó el jueves en el departamento del conductor de La
Peña de Morfi y se emitió al día siguiente en Argenzuela, por C5N. Sin su
abogado, solo acompañado por una amiga, Mammon decidió por fin romper el
silencio.
“Te agradezco a vos el voto de confianza -comenzó diciéndole
Jey a Rial-. Te elegí porque no somos amigos. En el mismo nivel, te considero
un periodista sagaz, profundo, capaz de ir al hueso, y de que vas a preguntar
todo, y la situación amerita. Lo pensé, no lo consulté con nadie; no quería
sentarme con alguien que me vaya a cuidar. Quiero que me preguntes todo. Y
necesito que seas vos el que me haga esas preguntas”.
“Quiero decirte también que el Clonazepam lo tengo encima;
digo, porque hay muchos análisis de mis gestos, de mi manera de hablar, de
actuar. Estoy pasando, probablemente, el peor momento de mi vida. Y lo que yo
me meto en el cuerpo hace que lo esté transitando de la mejor manera posible,
si se puede decir así”, comenzó detallando.
“Hay un análisis gestual, de si llora, no llora... Yo quiero
contar cómo estoy porque hace una semana que no digo nada. Estoy en mi casa,
acá, como me ves; mis amigos me visitan, me contienen, mi familia lo mismo.
Estoy en shock, paralizado y tomo Clonazepam todo el tiempo porque es la manera
que tengo de sobrellevar esta situación. Por supuesto: para la gente, como
corresponde, esto no es lo más importante. Lo más importante es la charla, pero
lo quería aclarar porque este es mi estado. Lo que se ve no es en el estado en
el que estoy realmente”, afirmó Mammon.
La causa judicial
“¿Qué buscás con esta nota? Porque el camino judicial está
cerrado. Tu causa prescribió, no podrías revertir judicialmente nada porque
salió todo a tu favor. Entonces, ¿qué buscás?”, quiso saber Rial.
“Como bien decís: la causa no existe, porque judicialmente
no hay un tema. El comunicado es mío, pero no soy yo el que habla: son términos
técnicos, son palabras de abogados, si se quiere. La gente que me conoce sabe
que yo no hablo así. Y a la vez existe, no sé si necesidad, no sé si es
presión, pero hay que decir algo, hay que salir... Así como me ves sentado, yo
creo que estoy así desde el primer día: sentado, tirado o abatido. Y el
comunicado era una manera de ‘algo hay que hacer’. Lo que necesito hacer, desde
el primer día, es lo que estoy haciendo ahora con vos. Desde el momento cero no
lo pude hacer, ahora siento que lo puedo hacer. Me está costando un huevo. Pero
es esto lo que tengo que hacer, lo que necesito. ¿Qué busco? No sé si lo busco:
lo necesito. Yo necesito gritar a los cuatro vientos no mi verdad, la verdad.
Cualquiera del otro lado puede decir: ‘Es tu verdad’. Pero yo tengo que decir
que es la verdad, porque hay una verdad”.
La edad de Lucas
“Es el gran punto, y desde ahí tendríamos que haber empezado
la charla. Pido disculpas porque la charla tiene que arrancar acá. En la
denuncia que él hace dice que me conoce cuando tenía 14 años. Quiero decirlo
con palabras propias y exactas para que se entienda: él dice que a los 14 años
un hombre lo entrega a mí; yo lo violo, lo drogo, lo llevo a mi casa, en la
cama está vestido, a la mañana siguiente aparece desnudo, con rasguñones,
etcétera. Yo no puedo eludir esto porque mi necesidad de gritar a los cuatro
vientos es negar rotundamente esta atrocidad. Primero y principal, a Lucas lo
conocí cuando él tenía 16 años. Él dice que yo lo conocí cuando tenía 14, en
ese contexto. Te lo digo porque cuando vos desmenuzás la causa, dice que lo
vuelvo a ver con sus 14 y que por tercera vez lo vuelvo a ver en una fiesta en
el barrio de Congreso, donde yo presento mi personaje Estelita y él seguía
teniendo 14”.
La fiesta en la que se conocieron
“La fiesta fue en el año 2009. En ese año, Lucas tenía 16
años. De esto tenemos manera de testificarlo. Primero porque hay testigos,
segundo porque hay videos. Hay un link en Youtube de esta fiesta que te digo.
Hay un chico que con su hermana y otra persona fue a esta fiesta con Lucas. En
la denuncia, que yo en su momento no miré en profundidad, porque perdón si
mareo con los datos, pero cuando se presenta la denuncia en 2020, mi papá
estaba internado y se estaba muriendo. A mí me llega, primero él da indicios en
redes sociales de que algo iba a hacer. Y presenta la denuncia formal y a mí me
lo dice Fernando Burlando -su abogado- porque en realidad no me anoticiaron de
la denuncia. Entonces, yo lo único que sé de parte de Fernando es que hay una
denuncia de Lucas Benvenuto, que dice que a los 14 años estuvo conmigo. Yo le
digo ‘No Fernando, yo nunca estuve con Lucas a los 14′. A mi qué carajo me
importa la prescripción, yo no estuve con un chico de 14 años. Y Burlando me
dice: ‘Ocupate de tu papá que se está muriendo’. En ese momento empezaba mi
programa Los Mammones, mi papá se estaba muriendo y estaba recibiendo esta
causa. Vuelvo a decirte, en el 2009 lo conozco a Lucas”.
“Hacía por streaming un programa de radio para la comunidad
del colectivo LGBT, desde mi casa en Once. Pensemos que esto fue hace 14 años.
El Jey Mammon de hace algunas semanas no era el de hace 14 años. Yo vivía en el
barrio del Once, hacía un programa por internet que era mi manera de
comunicarme, hacía streaming, presento a Estelita. Viene esta pareja con Lucas,
chicos de 22, 23 años. No un señor, porque él en la causa asegura que años
atrás, cuando tenía 14, un señor me lo entrega y dice ‘a él, que le gustan los
nenitos’. Es una atrocidad que en paralelo a lo que te cuento, él va con dos
personas a la fiesta y que yo, así como los vi, intercambié palabras como con
un montón de gente. En esa fiesta desfilaban chicos, estaba Natacha Jaitt, a la
cual le agradecí de por vida porque cuando no me conocía nadie, ella y Jorge
Ibañez me daban manos en estos espacios under y uno hacía lo que podía. Ese
encuentro lo hacía para juntar a los que me escuchaban, de eso se trataba”.
“Era una barbaridad que un pibe de 16 estuviera ahí. Eso fue
hace 14 años. Primero, no eran todos chicos de 16. Pero que entre un pibe de 16
a una fiesta... No voy a repetir lo que escuché en televisión, pero una fiesta,
donde hay música, que entró un chico que pudo haber entrado con un documento
adulterado, ¿era normal? ¿Hace 14 años podía pasar? ¿Estamos discutiendo eso
ahora?”.

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