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Una mujer de 38 años es la primera víctima de femicidio de 2022 en Mar del Plata





Lorena Aroni Hurtado, hermana mayor de la mujer asesinada por su pareja, Sebastián Alfonso Martínez, en Independencia y Rodríguez Peña, reveló detalles de su historia de vida. "Queremos que se haga justicia por ella y por sus hijos", exigió.

Los hermanos Aroni Hurtado llegaron a la Argentina con la ilusión de progresar. Transcurría el año 2006 y dos de ellos, Lorena y Gina, comenzaron a trabajar como empleadas domésticas en casas de Mar del Plata. A fuerza de su compromiso y honestidad, lograron establecerse en la ciudad, a diferencia de los demás miembros de la familia que decidieron regresar a su Perú natal. La primera de las mujeres continúa con su labor al día de hoy, mientras que la segunda consiguió abrirse su propio negocio pero su vida se terminó días atrás, cuando el padre de su segundo hijo la asesinó a golpes.



El de Gina Aroni Hurtado es el único femicidio de 2022 ocurrido en la ciudad en el marco un caso de violencia de género entre parejas. Por ese hecho, está detenido Sebastián Alfonso Martínez, un hombre de origen paraguayo y varios años menos que la víctima, al que ella conoció cuando se acababa de separar de su primera pareja, padre de su primer hijo.

La historia de la mujer de 38 años asesinada en el piso superior de su propia verdulería de Independencia y Rodríguez Peña, donde vivía con su padre, sus dos niños y el homicida es ahora contada por su hermana, Lorena, quien amablemente decidió hablar con LA CAPITAL. El objetivo de su iniciativa es, dice, “que se haga justicia por Gina”.



“Nosotros somos de la zona de la selva central de Perú, de la provincia de Chanchamayo, en departamento de Junín. Vinimos dos hermanos a trabajar a Argentina y después llegaron otros, y otros se fueron. Gina se quedó conmigo y también después viajó mi papá, mi mamá sigue viviendo allá“, comienza el relato.

Y continúa: “Yo soy empleada de limpieza y mi hermana también lo era hasta que armó su verdulería con Cristian, su primera pareja, con quien tuvo un hijo, que ahora tiene 8 años. Ellos se separaron bien cuando el nene era chiquito, pero ella quedó muy triste, y fue entonces que conoció a Sebastián”.

Sebastián Alfonso Martínez (25) es el acusado por el femicidio, que está detenido en la Alcaidía Penitenciaria Nº 44 de Batán desde la madrugada del 18 de octubre pasado. Según cuenta Lorena, se trata de un joven de origen paraguayo que fue tomado como ayudante en el negocio de su hermana y que rápidamente comenzó a cortejarla.

“Ella estaba mal por la separación y él al principio era todo bueno, maravilloso. Le regalaba flores, le hacía compañía… Parecía que estaba todo bien pero después empezaron los celos de él hacia mi ex cuñado. Siempre que iba a buscar al nene había problemas”, dice Lorena, y cambia el tono de sus expresiones verbales.

Se desprende, de esa parte del relato, que la situación había empezado a cambiar. “Le revisaba el celular y un par de veces se lo tiró y se lo rompió. Yo sabía de esto porque iba a ayudarla a veces a la verdulería. Lo primero que empecé a notar es que tenía la nariz hinchada, y ella me contó que la había golpeado”, describe.

La entrevistada hace memoria y ubica ese episodio en una línea de tiempo imaginaria: “Eso fue hace tres años y medio, más o menos”, señala. Y sigue: “Ahí le aconsejamos que no siguiera con la relación, pero no nos hizo caso… Volvía con él siempre, él se arreglaba para convencerla. La manipulaba, le llevaba regalos, y ella caía”.

“Le hizo perder un embarazo y le decía que ella había matado al bebé”

En una de las reconciliaciones, Gina quedó embarazada de Martínez. Pero a pesar de semejante noticia, la actitud de él no cambió nada: “Le seguía pegando, le daba piñas y también la golpeaba con palos. Un día mi papá, que vive en el mismo lugar pero como el otro sector que está al lado, escuchó ruidos y fue a ver qué pasaba y también le pegó a él”, continúa Lorena.

Y, en la misma línea, revela un dato escalofriante. “En una de esas golpizas que le dio le hizo perder el embarazo. Y encima después que pasó el tiempo le decía que había sido su culpa, que ella había matado al bebé”, recuerda, conmocionada.

La pregunta inmediata que surge entonces, sin ningún tipo de ánimo de juicio sino más bien con la intención de conocer cómo puede sobrellevar una familia tal situación límite, es si las demás personas que conocían lo que ocurría no pudieron hacer nada para alejar al hombre de ella… Y la respuesta es que Martínez fue denunciado “varias veces” y hasta lo detuvieron “pero después lo soltaron”.

De acuerdo a los datos que obtuvo LA CAPITAL, el 20 agosto de 2020 la policía aprehendió al acusado por el delito de “desobediencia y lesiones”. Ese es el único antecedente formal que figura en la Comisaría de la Mujer y la Familia en el prontuario de Martínez.

“Después de eso, a los tres meses Gina quedó embarazada de nuevo del bebé que ahora tiene 9 meses. Pero hubo otro episodio de pelea fuerte, fuerte, y mi sobrinito, el de 8 años, llamó a su papá cuando vio que este hombre le estaba pegando a la mamá. Cristian fue a ver qué estaba pasando y también lo golpeó a él”, asegura Lorena.

Con el paso del tiempo, Gina Aroni Hurtado fue alejándose de su familia paterna y dejó de contarle detalles de lo que ocurría a su hermana. “Yo no le tenía miedo a él pero dejé de verla seguido porque él la alejaba de nosotros”, expresa la entrevistada.

Y añade: “Ahora me acuerdo también de que mi ex cuñado, Cristian, tiene un audio en el que ella le cuenta que Sebastián la había amenazado con matarla y matarle también al hijo mayor, o sea al hijo de Cristian, si lo volvía a denunciar”.

El desenlace

Aún en estado de shock y con dificultades para expresarse, Lorena admite que el desenlace del caso fue lógico conforme la cantidad de antecedentes violentos que describió, pero también reclama justicia porque el femicidio era evitable.

Al ser consultada sobre lo ocurrido en sobre la planta alta del negocio de Independencia y Rodríguez Peña cerca de la medianoche del lunes 17 de octubre, la entrevistada cuenta que fue nuevamente su sobrino mayor, el niño de 8 años fruto de la primera pareja de su hermana, quien la encontró tirada en el piso y casi desvanecida. “Habían tenido una pelea antes. Inclusive mi papá fue hasta ahí y les dijo que se calmaran. Pero después se fue y al rato mi sobrinito lo llamó porque Sebastián le estaba pegando a Gina, y cuando llegó ya la encontró tirada en el piso. Tenía sangre en la cabeza pero todavía hablaba”, señala.

Y concluye su relato: “Ella lo miró a mi papá y le dijo: ‘Mirá lo que me hizo, mirá cómo me dejó’. Le mostraba la herida en la cabeza. Después se la llevaron al hospital en la ambulancia y falleció”.


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