La autopsia realizada este sábado al cadáver hallado ayer
viernes en la zona rural de Roldán no solo confirmó que corresponde al gendarme
Gustavo Elorrieta, sino que además reveló que el cuerpo presentaba numerosos
golpes en la cabeza.
De acuerdo al informe del Instituto Médico Legal, Elorrieta
presentaba numerosos traumatismos de cráneo. El cuerpo del gendarme, de quien
no se tenían más datos desde el pasado 10 de julio, cuando mantuvo una última
comunicación con un familiar, fue hallado este viernes en el interior de un
aljibe y tapado con numerosas ramas y basura, en un terreno ubicado en Manuel
Dorrego y Camino de los Gauchos, en jurisdicción de Roldán.
Según describió en el lugar del hallazgo el fiscal de
Homicidios Adrián Spelta, para depositar el cuerpo en ese sitio "se
necesitó de no menos de dos personas que lo trasladaran porque el gendarme era
un hombre de contextura grande, de más de 100 kilos".
Por el crimen del militar fueron detenidas su ex pareja,
otros dos hombres y uno de los hijos de la víctima, de 17 años, quien fue
puesto a disposición del juzgado de menores.
El cuerpo del gendarme fue hallado en uno de los tres
lugares en los que fiscalía había pedido imágenes de cámaras de seguridad de la
ciudad de Roldán para comprobar algunas versiones que manejaban en torno a la
investigación.
En relación al hecho de homicidio, de acuerdo a los primeros
exámenes médicos, se presume que el asesinato ocurrió entre el 10 y el 12 de
julio.
La fecha se relaciona con los últimos movimientos que se
conocieron del gendarme y a que a los pocos días se halló un automóvil (Bora,
color gris) volcado sobre una cuneta, camino al cementerio municipal de la
ciudad de Roldán, sin ocupantes y con sangre en el interior del vehículo.
Incluso había sangre en el baúl, donde también se encontró un martillo, que
podría haber sido utilizado para golpear a Elorrieta, aunque esto tampoco fue
confirmado por los investigadores.
En las pericias investigativas, el fiscal también reconoció
que en el domicilio donde vivían los detenidos “también se encontraron rastros
de sangre y en una cantidad inusitada, que no es normal en una casa de
familia”. Y que el mismo “es coincidente con la calle en la que se encontró el
cuerpo sin vida”.
Sin noticias desde el 10 de julio
El gendarme había viajado desde la ciudad de Buenos Aires
para visitar a sus hijos, que viven en Roldán junto a su ex esposa. El 10 de
julio fue el último día en el que su celular envió señales (se habría
comunicado con su actual pareja) y después de eso nunca más se supo sobre él.
Desde ese día no se conocieron denuncias sobre su paradero, la que se realizó
por primera vez cuando desde Gendarmería Nacional se informó que Elorrieta no
se había presentado a trabajar luego de finalizar su licencia.
Mientras que cuatro días después de su desaparición su auto
fue hallado en el camino rural que conduce hacia el cementerio municipal de
Roldán, abandonado sobre una cuneta, con algunos daños y en su interior la
policía identificó manchas de sangre, las que aún no fueron cotejadas para
saber si son del gendarme.




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