Después de atravesar la primera ola en el invierno de 2020 y
la segunda, que alcanzó un récord de 41.000 contagios diarios en mayo y junio
de este año, la tercera ola de COVID-19 llegó a la Argentina, producto del
arribo de las variantes Delta y Ómicron de coronavirus. Los casos se dispararon
en los últimos días y superaron la barrera de los 16.000, algo que no sucedía
desde julio.
La situación sanitaria en Pinamar transcurre en línea con lo
que sucede en el país: en la semana previa a Navidad se cuadruplicaron los
contagios y la cantidad de testeos. Lo destacado en este contexto es que no hay
internados en la “zona COVID” ni en las salas de terapia intensiva.
Desde el comienzo de la pandemia, el partido costero
registró hasta el 24 de diciembre 6.917 casos totales, 63 personas fallecidas y
6.285 pacientes recuperados. En Nochebuena se notificaron 19 nuevos contagios y
el último reporte de las autoridades locales de Salud mostraba que, hasta el
viernes pasado, en la ciudad balnearia había 83 personas que cursaban la
enfermedad y otras 234 aisladas por contacto estrecho.
Una semana antes de que se informaran estos datos, el
viernes 17, se habían notificado cinco nuevos contagios, mientras que los
pacientes eran, por entonces, 21 y los aislados por contacto estrecho, 45.
Los números entre ambas fechas también reflejan el
incremento de los testeos, que pasaron de rondar en siete días de 20 a 25
diarios a casi 90. La tasa de positividad, en tanto, se ubica alrededor del
22%.
En términos numéricos, en el peor momento de la pandemia, en
Pinamar hubo más de 800 casos activos. Fue durante la tercera y cuarta semana
de enero, cuando, además, los testeos positivos alcanzaban los 200 por día.
“Pero sabíamos que un gran porcentaje de esas cifras correspondía a vecinos de
Costa Esmeralda (localidad del partido de La Costa) o de otros partidos
vecinos, además de los turistas”, remarcó en diálogo con Infobae el secretario
de Salud local, Eduardo D’Agostino.
El funcionario aseguró que este verano probablemente se
repita esa cifra de positivos diarios. “Si sigue el mismo protocolo, se va a
llegar a esa cantidad”, sostuvo y valoró la campaña de vacunación, que “hizo
que el gran porcentaje de los positivos cursen la enfermedad en sus casas”.
En todos los destinos turísticos de la provincia de Buenos
Aires los viajeros pueden vacunarse libremente contra el coronavirus, tengan o
no domicilio en territorio bonaerense. En Pinamar, el único lugar de vacunación
su ubica en el edificio del Sindicato Único de Trabajadores de Edificios de
Renta y Horizontal, localizado en la calle De las Medusas 1439, enfrente del
hospital municipal.
Si bien D’Agostino aclaró que es difícil de precisar la
cantidad de residentes con primera y segunda dosis, dijo que “las últimas
cifras que nos dio la región estaban cerca del 90%” de la población en la
ciudad, cercana a las 45 mil personas.
El sistema de salud pinamarense cuenta con 86 camas para
internaciones leves y 19 de alta complejidad. Hay 50 camas en el hospital y el
resto está en el “hisopódromo” público, un centro de jubilados municipal que
está conectado por una rampa con el centro médico. “Gracias a Dios no las
tuvimos que utilizar. Siguen estando armadas para este verano”, expresó con
alivio el secretario, y subrayó que el partido “nunca tuvo que derivar un
paciente con COVID-19 por no tener cama. En cambio, sí hemos recibido pacientes
desde Tandil, General Madariaga, Dolores, Villa Gesell”.
Al igual que el año pasado, también continúa en funciones el
Centro de Control de Aislamiento, que depende de la Dirección Primaria de
Atención a la Salud y que se ocupa de “contener” a los positivos, realizando un
seguimiento diario.
Para este verano, además, en el marco del Operativo de Sol a
Sol ya llegó a la ciudad una ambulancia con el equipamiento y el personal
suficiente para ese vehículo y en enero se sumarán otras tres que se
distribuirán en lugares estratégicos de la ciudad. Dos ambulancias estarán
apostadas en los extremos del partido -en la bajada de Cariló y en la de “La
Frontera”-, una se situará en la Avenida Jorge Bunge y la playa, y la restante
estará en permanente movimiento.




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