Se conocieron en una red
social, se enamoraron y comenzaron a chatear. El amor de ella era tanto que un
día le preguntó si le gustaría que se vieran. Luis le dijo que sí ella salió a
la ruta a hacer dedo. Varios días, distintos camiones que la llevaban y hasta –creen
algunos- se escondió de algunos retenes policiales entre provincias en plena
pandemia.
Pero cuando llegó al
límite entre Chubut y Santa Cruz después de haber recorrido 2.951 kilómetros y
medio y a sólo 100 del encuentro, el muchacho llegó hasta el lugar y no quiso
saber nada. Le dijo que no iba a recibirla ni alojarla. Ahora, la mujer busca
cómo volver pidiendo apoyo a los gobiernos de las dos provincias.
El motivo que la llevó a
semejante aventura y sólo con una mochila sobre los hombros era encontrarse con
un hombre que conoció por internet y con quien había entablado una relación
virtual. Y lo que es más: le había confesado a sus amigas que estaba
“perdidamente enamorada”.
Más allá de la sorpresa
ante su llegada a pie, lo grave de la situación es que la mujer se trasladó por
la ruta con diferentes camioneros solidarios que la quisieron acercar rompiendo
normas de bioseguridad alentadas para prevenir el contagio de coronavirus.
Nadie sabe cómo pasó los
controles, que en algunas provincias y ciudades son muy estrictos. Prueba de
ello son los casos de gente que no pudo llegar a ver a familiares directos que
se encontraron en grave estado de salud.
Una vez que llegó al
puesto del límite provincial entre Chubut y Santa Cruz, Sabrina se puso en
contacto con el hombre para avisarle que no la dejaban ingresar. Él entonces le
envió un remís desde Caleta Olivia para buscarla. En medio de la situación, la
Policía de Santa Cruz le labró un acta por incumplimiento de las normas decretadas
por pandemia y estar transitando sin permiso alguno, según relatan varios
medios de esa provincia. Y además el tema se viralizó en las redes.
La mujer logró subir de
todos modos al remís y llegar al ingreso norte de la ciudad, donde fue recibida
por personal del Comité Operativo de Emergencia (COE) con todas las actuaciones
de prevención. Al ser consultada sobre dónde se hospedaría o cuál era el
objetivo del viaje, la mujer no supo contestar.
Insistió con entrar a la
ciudad y se volvió a comunicar con el “novio virtual”, quien se acercó al
acceso norte, pero cuando se le consultó si se haría cargo del hospedaje de la
mujer en su domicilio, contestó que no. Así, el Comité de Emergencia debió
enviar a la mujer de regreso, en el mismo remís en que había llegado hasta
Ramón Santos y con la orden de regresar a su provincia.
Sobre Luis Pastata ahora
pesarán denuncias por las que deberá responder. Las elevará el propio Comité en
la Justicia Federal, ya que es delito la manera en que trajo a la mujer a la
ciudad considerando que sería posible foco de contagio de covid-19.




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