
Esta tarde, desde la Diócesis de Mar del Plata, se informó que el presbítero madariaguense Juan Pablo Arrachea recibió el alta médica luego que se le detectara COVID-19 hace unos días días.
El religioso no presentaba síntomas desde hace días pero se
debieron cumplir, al menos, 10 jornadas desde el primer síntoma y al menos 5 sin
ninguno de ellos para que los médicos se la otorgasen.
Sin embargo, Juan Pablo anticipó que seguirá en aislamiento
preventivo hasta el próximo domingo.
En tanto el padre Andrés Seguy, otro de los curas afectados,
todavía tiene sintomatología leve y se encuentra en la casa de sus padres.
Por su parte, el padre Hernán David sigue internado en el
Hospital privado de la Comunidad con evolución satisfactoria y con soporte de
oxígeno.
El obispo de Mar del Plata Gabriel Mestre, quien también fue
alcanzado por el virus, está en recuperación, asintomático y a punto de recibir
el alta médica.




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