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Bares, peloteros y gimnasios que se convirtieron en verdulerías

Gimnasio convertido en verdulería
En los últimos días, cientos de empresas y comercios se reconvirtieron en verdulerías: salones de fiestas, peloteros, gimnasios, bares, clubes, boliches e, incluso, restaurantes históricos.

Se trata de una tendencia que se expande en todo el país. Los rubros que perdieron su mercado por la pandemia buscan generar ingresos de forma inmediata y eligen este sector, naturalmente, por un aumento de demanda y por la practicidad de montar rápido el negocio.

Pero, ¿Hay mercado para todos? ¿Este sector va camino a un colapso? ¿Las verdulerías se convertirán en el cyber, la cancha de paddle o el parripollo de la pandemia? Negocios que en su momento fueron moda y terminaron casi desapareciendo por sobreoferta.

La comparación puede ser exagerada, porque las verdulerías no van a desparecer, pero probablemente desaparezca la verdulería tal como la conocíamos antes de la pandemia.

Las crisis generan reinvención y la reinvención cambios abruptos en los sectores que reciben jugadores nuevos.

Las verdulerías son negocios que llevan décadas sin grandes cambios; en general sólo venden en efectivo, tienen nulo sentido estético y presentación de producto; iluminación de tubo, y una atención al cliente más parecido a un despacho que a un servicio.
Bar Rockero que se convirtió en verdulería
En pocas palabras, es un sector de la economía informal que no se profesionalizó. Pero que funcionaba en estas condiciones y era rentable ¿Hasta ahora?

Se están produciendo dos colisiones al mismo tiempo. Por un lado, una guerra de precios y por otro, la inclusión de técnicas profesionales de comercialización, atención al cliente y marketing digital.
“En los últimos dos meses ingresaron muchos profesionales del rubro gastronómico que llegan a competir con armas profesionales contra comerciantes, en su mayoría, que no están preparados”.
Cuenta Matías Gómez, director comercial Tuverduleria.com, el primer marketplace de Argentina. Una especie de Pedidos Ya de las verdulerías.

Gómez cuenta el caso de un verdulero que se queja de la competencia que pone tomates a 35 pesos el kilo cuando los compra a $60.
“Muchos no entienden que esto es marketing, llamás la atención con un producto barato, el cliente entra por ese producto barato y termina comprándote mucho más. En este sector, no están acostumbrados a usar estas herramientas”.
En el comercio tradicional, también hay que incluir a los cientos de emprendedores que se lanzaron a vender en este rubro.
Alejandra Faienza, directora de Directo de Huerta se dedicaba antes de la pandemia al servicio de envío de frutas a empresas. Cuando comenzó la cuarentena, viró de inmediato y comenzó a ofrecer el servicio de bolsones de frutas y verduras a hogares.
“En un mes fue tan grande la cantidad de empresas y emprendedores que se volcaron a vender bolsones que tuve que reconvertirme de nuevo”.
Declaró.

Faienza incorporó más productos a su tienda como vinos orgánicos, carnes orgánicas, paquetes de desayunos saludables y hasta una micro huerta para instalar en jardines y balcones.

En una crisis o competís por precio y descuentos, o te diversificás o diferencias.

Y en un sector detenido en el tiempo, no hay que hacer muchos esfuerzos para diferenciarse. En principio, tener un servicio profesional de entrega a domicilio. A toda industria le llegará su Uber. Bueno, llegó el turno de las verdulerías.

Tuverduleria.com es un marketplace de Chaco, que se dedica a conectar verduleros con clientes y mediante su app. Uno puede hacer el pedido al comerciante del barrio, pagar con tarjeta o mercado pago. Algo que es casi imposible encontrar en las verdulerías. El cliente elije por zona, envía el pedido, el verdulero lo prepara, y lo entrega.

Narda Lepes también ingresó con fuerza en el rubro. La cocinera y empresaria gastronómica lanzó la app Comé + Plantas que permite a cualquier usuario identificar qué vegetal o fruta tiene en sus manos.
Salón de Fiestas convertido en verdulería
Es gratis, está disponible para Android o para el iPhone.  Se toma el celular, se enfoca el objeto (verdura o fruta) y gracias a esa identificación basada en algoritmos, da cuenta de sus características, modo de consumo y tips para comer o cocinar.

El objetivo que tuvo Narda, fue lograr que la gente, de forma gratuita, pudiera tener información clara para poder improvisar en la cocina y conocer cuál es la mejor época del año para consumir y muchos datos más. Una app, que los emprendedores y comerciantes astutos, utilizarán para potenciar sus negocios.

Un sector que hace décadas no cambia en pocas semanas está sufriendo una disrupción que nadie imaginaba tan rápido. ¿Cuál será el futuro? ¿Las verdulerías tradicionales terminarán cerrando al no poder adaptarse al nuevo contexto? o ¿aguantarán hasta que la pandemia sea un mal recuerdo y los jugadores eventuales regresen a sus mercados?

Es muy difícil hacer futurismo, lo que se puede anticipar es que hay un cambio de paradigma de consumo y de atención al cliente y las verdulerías o cualquier comercio que no se adapte saldrá perdiendo.
Bar Cervecero convertido en verdulería
Hoy, hay que dar más de lo que el cliente espera y sorprenderlo. Hay que convertirse en un Robin data, es decir, robarle datos al cliente para devolverle mayor servicio y calidad.  Si podemos tener la información de todo lo que consume un cliente en el mes, podemos sacar conclusiones, armar combos específicos e incluso, enviar promociones personalizadas.

Reinvención y adaptación, dos conceptos que las verdulerías oían de lejos, ahora son golpes que se perciben como temblores que amenazan sus cimientos.

¿Los comerciantes y emprendedores que a las apuradas llegaron a este sector, serán capaces de generar cambios para siempre, que mejoren la experiencia de los clientes y acompañe la tendencia de comer sano y variado?

El futuro se está escribiendo en presente. Lo único que podemos asegurar es que los que se queden quietos, serán los que pierdan.

* Autor de “Reinventados, los que se quedan quietos pierden”


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