Según relató en una carta escrita de puño y letra el pequeño se atragantó mientras comía un alimento y comenzó a manifestar su imposibilidad de respirar. Como acto desesperado la madre salió corriendo a la calle y sabía que estaba en cercanías del cuartel y hasta allí lo llevó.
La mujer tenía conocimiento, por haber visto en distintos tipos de medios de comunicación acerca de la capacitación y preparación de los bomberos voluntarios para este tipo de eventualidades.
Allí el segundo jefe del cuartel fue quien tomó a Valentino y comenzó con las tareas de compresión para lograr la desobstrucción. Los segundos se transformaron en eternidad hasta que pudo conseguir su cometido y el pequeño comenzó a toser y llorar.
Fue ese llanto el que contagió a todos en el sitio y terminó fundiéndolos en un abrazo de emoción y liberación.
Hace horas María decidió tomar dos hojas de un cuaderno y manifestar su agradecimiento, luego los bomberos fotografiaron la carta y la distribuyeron.
“Apoyen esta institución capaciten a la sociedad sobre primeros auxilios” es lo que pidió la madre el niño al momento de terminar su escrito.




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